¿Puede la tecnología convertir dióxido de carbono en compuestos C2? Ciencia explica
Le contamos sobre este avance enfocado en el uso de energía solar

Dióxido de carbono, imagen de referencia (Getty Images). / acilo
Para empezar, hay que resaltar que el descubrimiento presentado por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en colaboración con la ‘Liquid Sunlight Alliance’ (LiSA), consiste en un dispositivo que convierte dióxido de carbono en compuestos C2 utilizando únicamente energía solar.
Esta tecnología imita el proceso natural de la fotosíntesis mediante el uso de perovskita, un material altamente eficiente en la absorción de luz, y electrocatalizadores de cobre inorgánico diseñados para replicar la acción de las enzimas naturales.
Este equipo liderado por Peidong Yang, científico sénior del Berkeley Lab, logró sintetizar un sistema funcional del tamaño de una estampilla que produce sustancias importantes para industrias como la del plástico o la aviación, contribuyendo al desarrollo de combustibles líquidos sostenibles.
No obstante, el problema que rodea este avance radica en la eficiencia y escalabilidad del sistema. Aunque el cobre ofrece ventajas de durabilidad frente a materiales biológicos, su menor selectividad limita la productividad del dispositivo.
Adicionalmente, este desarrollo es aún una prueba de concepto: se requiere aumentar su rendimiento y capacidad para que sea viable a escala industrial. LiSA, con el respaldo del Departamento de Energía de EE. UU. y más de 100 científicos de instituciones como Caltech, UC Berkeley y el SLAC, trabaja en superar estos retos y acercar este sistema a aplicaciones reales.
En la actualidad: ¿Por qué es importante este descubrimiento?
Estos nuevos hallazgos representan un avance crucial hacia la creación de tecnologías sostenibles que imitan los procesos naturales para enfrentar desafíos energéticos globales.
La construcción de una ‘hoja artificial’ que puede convertir el dióxido de carbono en productos químicos C2 utilizando únicamente luz solar representa un cambio de paradigma en la forma en que la ciencia busca soluciones limpias frente a la crisis climática.
Del mismo modo, en una coyuntura en donde la reducción de emisiones de carbono es urgente y la demanda energética sigue creciendo, esta tecnología ofrece una alternativa viable para transformar un gas contaminante en recursos útiles y valiosos para la industria.
Este dispositivo impulsa el concepto de economía circular y promueve el uso eficiente de la energía solar, una fuente abundante y renovable; su potencial para generar insumos como combustibles para aviones o polímeros plásticos sin depender de combustibles fósiles, lo hace relevante en sectores difíciles de electrificar.
Asimismo, la importancia actual de estos hallazgos radica en su valor científico, pero también en su aplicación práctica como herramienta para alcanzar metas climáticas. Este avance sitúa a la ciencia en el centro de la transformación hacia un modelo energético más limpio y sostenible.
Consideraciones finales sobre este descubrimiento
Vale la pena acotar el papel de los componentes desarrollados por el equipo del proyecto LiSA, específicamente el cátodo y el ánodo del dispositivo, integrados gracias a instrumentos del Molecular Foundry del Berkeley Lab.
De esta forma, estos componentes permiten la conversión eficiente de CO₂ en productos útiles, gracias a su integración precisa con tecnología avanzada.
También resulta relevante el uso de un simulador solar en los experimentos, debido a que permitió evaluar el rendimiento del sistema bajo condiciones controladas.
Finalmente, conviene resaltar que la arquitectura lograda es resultado de décadas de investigación previa y colaboración interdisciplinaria entre laboratorios nacionales y universidades, lo que destaca la importancia del trabajo colectivo en avances tecnológicos de alto impacto.