Hospital San Rafael de Girardota reabre con mejoras físicas y retos en el servicio
La millonaria inversión mejoró las instalaciones del hospital, pero la comunidad aún espera avances en la calidad del servicio.
Foto: Caracol Radio
Girardota, Antioquia.
Con una inversión cercana a los $26.000 millones, la administración municipal entregó la nueva infraestructura del Hospital San Rafael de Girardota, un moderno centro de salud de baja complejidad que promete mejorar la atención médica en el municipio y sus alrededores.
La obra incluye espacios renovados, accesibilidad universal, y una visión de atención humanizada en articulación con instituciones educativas. Según su misión institucional, el hospital se enfoca en prestar servicios con enfoque diferencial, eficiencia en la gestión de recursos y mejora continua de la calidad.
La meta a mediano plazo es ambiciosa: ser reconocidos como un referente regional para el año 2028, con infraestructura moderna, personal altamente calificado y una apuesta por la innovación tecnológica y la participación ciudadana.
Sin embargo, a pesar del entusiasmo por la renovación física del hospital, las quejas por parte de los usuarios no han cesado. En redes sociales, varias personas han manifestado inconformidad con los tiempos de espera para obtener citas médicas, así como dificultades para comunicarse con el centro de atención y una percepción generalizada de falta de empatía del personal. Para muchos ciudadanos, la inversión en infraestructura no ha ido de la mano con una mejora en la calidad del servicio.
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Algunos usuarios han señalado que, si bien el hospital luce más moderno, “la atención sigue siendo la misma de antes: demorada, poco amable y desorganizada”. Otros insisten en que “no necesitamos un hospital bonito, necesitamos eficiencia y humanidad”.
Frente a este panorama, la gerente del hospital, Claudia Castrillón Zapata, reconoce los desafíos actuales y asegura que el verdadero trabajo apenas comienza.
“Hoy nos estamos enfocando en garantizar la dotación de mobiliario y renovar la tecnología de la institución para habilitar nuevos servicios que puedan brindarse con mayor calidad y oportunidad”, explicó Castrillón.
El reto que enfrenta el hospital no es menor: Transformar la percepción ciudadana y garantizar que los cambios físicos se reflejen también en la experiencia del usuario.
La gerente también señaló que el hospital enfrenta retos derivados de la crisis del sistema de salud a nivel nacional, pero resaltó que San Rafael ha logrado estabilidad financiera: “Tenemos nóminas al día, pagamos a proveedores y eso nos permite garantizar que quienes atienden a los usuarios cuenten con los insumos necesarios”.
Sobre las quejas por demoras en la atención, Castrillón lamentó los casos reportados y los atribuyó en parte al uso indebido del servicio de urgencias por pacientes cuya condición no representa riesgo vital. Según explicó, cerca del 80 % de los usuarios que acuden diariamente son clasificados en triajes 3, 4 y 5 —es decir, no urgencias reales—, lo que congestiona el sistema y retrasa la atención de casos más graves.
A pesar de los nuevos espacios, la capacidad instalada del hospital no ha cambiado significativamente: el área de urgencias, por ejemplo, continúa con ocho camillas de observación, aunque ahora cuenta con zonas específicas como sala de reanimación, sala de yeso y procedimientos.
El hospital dispone actualmente de tres médicos por turno en urgencias, ocho auxiliares de enfermería, un jefe de enfermería y un conductor de ambulancia. En otros servicios como consulta externa, odontología, fisioterapia, psicología y nutrición, la institución asegura contar con personal capacitado y suficiente.
Próximas apuestas
De cara al futuro, el hospital proyecta nuevas inversiones en tecnología, la habilitación de servicios especializados como medicina interna, pediatría, ginecobstetricia y ortopedia, así como exámenes de diagnóstico como ecografía y mamografía.
“Queremos que la comunidad sienta una verdadera transformación, no solo en infraestructura, sino en la calidad humana y la oportunidad del servicio”, concluyó Castrillón.
La comunidad, por su parte, espera que los millones invertidos no se queden en paredes nuevas, sino que se traduzcan en una atención más digna, eficiente y humana.
