“Por honor y dignidad”: Coronel Mejía rompe su silencio ante la JEP
De no ser hallado inocente, el coronel (r) Publio Hernán Mejía deberá pagar hasta 20 años de cárcel.

coronel (r) Publio Hernán Mejía
Después de un proceso judicial de 10 sesiones, y casi 40 testigos presentados por la defensa, ante la Jurisdicción Especial para la Paz el coronel retirado del Ejército, Publio Hernán Mejía, fue escuchado.
La primera pregunta de su abogado, Germán Guillermo Navarrete al coronel (r) Mejía, fue el por qué de su decisión de romper silencio, a pesar de que iba en contra vía de lo que querían ellos como defensores.
Frente a esto, Mejía respondió que lo hacía por honor y dignidad, ya que después de 18 años, era lo único que le quedaba:
-“Primero, cuéntale a la audiencia, Coronel, cuál fue la razón por la cual decidió romper el derecho a guardar silencio en este juicio”.
-“Gracias, doctor. No fue fácil para mí tomar esa decisión. No fue fácil como abogado y como soldado hablar con mis abogados que no estaban de acuerdo con esta decisión. En este proceso lo perdí todo, mi carrera, mi vida, mi familia, pero conservo la dignidad y el honor. Hubiera sido muy fácil decir la máxima pena para quienes aceptan en la JEP son ocho años, pero ya pagué casi diez de prisión física. Estaba ese camino fácil, pero estaba el camino de lo correcto. Tengo claro que la jurisdicción especial de paz se comprometió con el país a contar la historia y a sacar, a brillar la verdad. Y esa verdad no puede ser escrita con mentiras pactadas, con personas que esperan beneficio y para ello enlodan el honor y el nombre de sus superiores o de personas que conocieron. Eso motivó, doctor Navarrete, que tuviéramos esa discrepancia y mi necesidad de responder a tantas mentiras y a tantas cosas que a lo largo del juicio en silencio tuve que soportar. Por eso tomé esa decisión”.
Por otro lado, Mejía habló de su relación laboral con el entonces mayor Hernán Gómez Naranjo, quien en audiencias anteriores declaró afirmando que las tropas recogían cuerpos de personas asesinadas por paramilitares, para reportarlos falsamente como bajas en combate, por orden de Mejía.
“Yo creo que a ese oficial lo vine a conocer después de recibir el mando un par de días después, no antes, no tenía conocimiento quién era, nunca lo había tratado, no tenía ninguna referencia de él, posiblemente después de que recibí el mando fue que lo conocí”.
Frente a los supuestos cuerpos que recogían las tropas, el coronel fue enfático en decir que sus hombres jamás recogieron cuerpos.
“¿Usted en algún momento del tiempo en que fue comandante de la popa le ordenó a alguno de sus funcionarios, a alguno de sus subalternos que ejerciera funciones de policía judicial? No rotundo, no teníamos esas facultades y no podía exigirle a nadie que cumpliera estas tareas porque hubiera sido ilegal. ¿En las operaciones, en el teatro de operaciones, sus tropas o sus oficiales realizaron levantamientos de cadáver? Nunca, jamás en los años 2002 y 2003 las tropas hicieron levantamiento de cadáveres”.
El coronel Mejía, es el último testigo en ser escuchado en su propio juicio, luego de que su defensa renunciara a 33 testimonios y la Fiscalía de la JEP terminara con la presentación de sus testigos.
El coronel enfrenta este proceso judicial ante la JEP por 72 casos de falsos positivos cuando fue comandante del Batallón La Popa en Valledupar, y si no es declarado inocente, deberá pagar hasta 20 años de prisión.