¿Cómo afectan las condiciones climáticas las operaciones en el Aeropuerto El Dorado?
Consultamos a un controlador aéreo de la terminal, quien explicó los retos que enfrenta el aeropuerto durante esta época de lluvias.
Este viernes 15 de noviembre, el Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá se vio severamente afectado por retrasos y cancelaciones de vuelos, lo que generó caos entre los viajeros. Según André Arenas, Controlador Aéreo de la terminal, el clima jugó un papel clave en la interrupción de las operaciones aéreas, específicamente una densa niebla que no solo limitó la visibilidad, sino que también dejó en evidencia las deficiencias en la infraestructura del aeropuerto.
“Lo que tuvimos fue una condición meteorológica normal para esta época del año, la niebla. Sin embargo, esta niebla estuvo tan densa que no fue posible tomar las medidas alternativas que usualmente aplicamos”, explicó Arenas. En circunstancias de visibilidad reducida, los aviones suelen desviarse y aterrizar por zonas donde la niebla sea menos densa. Sin embargo, en esta ocasión, esa estrategia no funcionó. La densidad de la niebla sobre el aeropuerto impidió que los aviones pudieran acceder a las rutas de desvío.
El inconveniente no solo fue meteorológico. Arenas hizo un llamado a la atención sobre un problema estructural crítico en El Dorado: la falta de un sistema adecuado para operar bajo condiciones de baja visibilidad. “El sistema de la pista Norte no está al 100%, y el sistema de la pista Sur está degradado”, afirmó el controlador aéreo. Esto significa que el aeropuerto no cuenta con las ayudas necesarias para que los aviones aterricen de manera segura en condiciones de visibilidad extremadamente baja, como las que se presentaron este viernes.
Para este tipo de situaciones, El Dorado tiene un protocolo que permite operaciones limitadas con visibilidad mínima. El viernes, el aeropuerto estaba autorizado para operar con 550 metros de visibilidad. Sin embargo, Arenas recalcó que esta cantidad es insuficiente cuando las condiciones meteorológicas superan esos umbrales, como ocurrió con la niebla densa de este día. “No podíamos garantizar que los aviones pudieran aterrizar de forma segura”, dijo, lo que llevó a la suspensión de varias operaciones. La falta de sistemas eficientes de navegación para estos casos de baja visibilidad puso en jaque la capacidad operativa del aeropuerto.
La decisión de suspender vuelos no fue tomada a la ligera, ya que, además de la seguridad de los pasajeros y las tripulaciones, se tomó en cuenta la capacidad operativa de las aeronaves. “Nos vimos obligados a restringir las llegadas a aviación comercial entre las 5 de la tarde y las 8 de la noche”, explicó Arenas, quien también señaló que durante ese tiempo las aeronaves privadas no pueden ser admitidas. Esta medida, aunque necesaria para controlar el tráfico aéreo y evitar situaciones de riesgo, también resalta la escasa flexibilidad operativa del aeropuerto frente a eventos climáticos extremos.