Confinamiento por guerra en Chocó no cesa y está aumentando el hambre: Defensor regional
En el programa 6AM Hoy por Hoy de Caracol Radio, habló el Defensor del pueblo regional del Chocó, Luis Enrique Murillo, sobre las restricciones que impone el ELN y que afecta a los habitantes de la zona
En una de las regiones más apartadas de Colombia, el Chocó, se enfrenta una crisis humanitaria desgarradora,pese al reciente anuncio del ELN del fin del paro armado en este territorio.
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La carencia de comida, los confinamientos y los paros armados acechan a este departamento, que ha sido abandonado por el Gobierno en algunos aspectos.
Por su parte, Luis Enrique Murillo destacó que la constante confrontación y disputas impiden que las comunidades pueden retomar sus actividades.
De la misma forma, afirmó: “la situación de confinamiento, es pre-existente al paro, y todavía persiste. El paro fue una agravante a esta situación tan dramática que viven las comunidades en esas subregiones”.
Sin duda, la situación es crítica, con altos índices de pobreza, desigualdad y abandono estatal. Los grupos armados ilegales cometen crímenes contra la población, incluyendo desplazamientos forzados, asesinatos, confinamientos y ataques a bienes civiles.
Condiciones completamente inhumanas
El defensor regional destacó que la vida de las comunidades está suspendida, sin acceso a servicios de salud, educación ni alimentos.
Asimismo, destacó: “las comunidades están allí entre la espada y la pared y no hay ninguna posibilidad de salir siquiera para proteger su vida en situación de desplazamiento, había eventos en los cuales a la población se le ha bloqueado la salida, y tratando de huir del escenario de guerra y no se les deja salir”.
Contestación por parte de la Fuerza Armada
Según este funcionario, la respuesta del ejército ha sido insuficiente, con vacíos evidentes en la protección de las comunidades. El defensor regional llamó la atención sobre lo grave de este momento y exigió una acción efectiva para proteger los derechos humanos de las comunidades afectadas.
“Estamos hablando de cinco municipios, alrededor de 50.000 personas, que por lo que entiendo, estas comunidades están en medio de esta guerra y que no pueden ni siquiera huir de la zona”. Repitió Luis Enrique Murillo.
Igualmente, el paro armado fue una gota más en la situación dramática que viven en esta zona, con la imposibilidad de poder, hasta el día de hoy, retornar a sus actividades básicas, tal y como los relacionó el defensor.
La disputa entre los grupos al margen de la ley de la zona ha generado un encierro prolongado, con minas antipersonales y controles de grupos armados, lo que ha llevado a la conclusión de un abandono estatal, a gran parte de dicha población.
El defensor regional Murillo enfatizó de nuevo que la situación es grave, con comunidades atrapadas en el medio, sin salir y sin la posibilidad de proteger su vida.
La respuesta del gobierno ha sido insuficiente, y será necesario tomar medidas efectivas para proteger los derechos humanos de las comunidades completamente afectadas.