Los misterios de la custodia La Clarisa, que Marco T. Robayo llevó a novela literaria
El ornamento religioso está avaluado en 3.5 millones de dólares y le atribuyen una maldición de muerte, sangre y desgracias
La maldicion de la clarisa de Marco T. Robayo
08:45
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://caracol.com.co/embed/audio/509/1714074863764/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
El escritor Marco T. Robayo publica la novela historica "El misterio de La Clarisa" / Foto: Marco T. Robayo
Filbo 2024
Una custodia elaborada entre 1734 y 1737 se convirtió en uno de los ornamentos religiosos más venerados y protegidos del convento de Santa Clara la Real en Tunja, el primero establecido en el Nuevo Reino de Granada. La custodia se elaboró por orden de la poetisa sor Francisca Josefa del Castillo.
La difícil situación económica del convento de Santa Clara llevó a que en 1981 optaran por vender el ornamento. La custodia fue sacada del país y luego de pasar de mano en mano la aduana de Estados Unidos detectó un fraude fiscal que causó su decomiso y puesta en un museo de San Antonio, Texas, de donde fue recuperada por Colombia.
Marco T Robayo, autor de “El misterio de la clarisa”, investigó las leyendas que hay en torno a la custodia, como la supuesta maldición que la rodea y que habría causado muerte, sangre y desgracias, afirma Robayo.
Cuenta, en su novela, que además en torno a la custodia hay historias de espionaje, engaños y mentiras, como aquella que un supuesto dueño aseguró que la custodia la había conseguido en Bogotá, España.
Marco T. Robayo es autor también de otras novelas históricas que han tenido gran acogida como: El gran genocidio, piel de ébano y la trilogía Aleluya, entre otras.
La custodia bautizada como La Clarisa, fue elaborada por Nicolás de Burgos, pesa 4.5 kilos, es hecha en oro puro, mide 65 centímetros de altura, contine por lo menos 700 esmeraldas, 900 perlas y otras piedras preciosas. Una reciente avaluación la ubica en un precio de 3,5 millones de dólares. En la actualidad se exibe en el Museo Miguel Urrutia del Banco de la República, junto a custodias similares como “La Lechuga” y “La bordadita”.
