El profesor de música que con sus estudiantes quedó en medio de combates en Cauca
Leonardo Correa por más de 40 minutos protegió a sus alumnos en medio de un hostigamiento contra la Estación de Policía en Jambaló: “noté que una niña lloraba sobre su instrumento, mientras su hermano la tomaba de los hombros”.
Jambaló, Cauca
Por más de 40 minutos, disidencias de las Farc atacaron la Estación de Policía en el municipio de Jambaló, Cauca. Desde las montañas fueron lanzados artefactos explosivos contra las instalaciones pero también hacia una unidad militar que se encontraba cerca del casco urbano.
En cuestión de segundos, el temor y la zozobra se apoderaron de la población. Las actividades cotidianas de los habitantes se vieron interrumpidas por el sonido de las ráfagas de fusil.
En ese instante el maestro en música Leonardo Correa se encontraba con sus estudiantes, menores de edad. Era la primera vez que el docente afrontaba una situación como esta.
“En el patio de la escuela tenía yo a cuatro chicos haciendo ejercicios técnicos de percusión. En el salón tratábamos de hacer sonar los instrumentos, unos el clarinete, otros la trompeta, alguno el corno y otros el saxofón. Había un niño haciendo vibrar la boquilla”, expresó el profesor.
Correa agregó que “entonces vi cómo, a empujones, los niños de afuera se abrían paso mientras arrastraban su instrumento, procurando refugio. Les pedí que nos hiciéramos pegados a la pared que, según yo, estaría libre de cualquier impacto, sentados y guardando la calma, todos juntos, como queriéndonos tomar de las manos pero con la timidez normal de un grupo que apenas se está consolidando”.
El maestro llegó a pensar que los involucrados en este enfrentamiento estaban en la parte posterior de la institución: “el sonido ensordecedor, a veces seco, a veces con eco, otras veces lejano y casi siempre atrás de nosotros, hacía que nos inquietáramos más”.
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El profesor agregó que “el celular empezó a sonar pese a las dificultades de señal que hay en la zona. Un padre me preguntaba si su hijo estaba en la escuela, otro me consultaba si su hijo había salido y otros me manifestaban que ya se dirigían a la institución a recoger los estudiantes”.
En su estremecedor relato, el docente mencionó que “voltee mi rostro hacia ellos y noté que una niña lloraba sobre su instrumento, mientras su hermano la tomaba de los hombros. Habían otros con sus ojos entre aguados pero sonrientes procurando una calma ya rota”.
Pasó casi una hora cuando la calma retornó al municipio de Jambaló. Los padres empezaron a llegar por sus hijos al plantel mientras aeronaves de la Fuerza Aérea Colombiana sobrevolaban la zona.
“Profesor llegaron los helicópteros aprovechemos para salir”. Fue en ese momento cuando el maestro Leonardo Correa tomó sus pertenencias y estando sus estudiantes en sus casas, un lugar seguro, se dirigió hacia su hogar ubicado en el territorio de Pitayó, lugar desde donde fue atacada la Estación de Policía.
“Quise que sus instrumentos fueran el refugio para ese momento tan angustiante, y por un par de minutos lo logramos. Irónicamente los sentí más conectados conmigo y yo me sentí mas responsable que nunca por sus vidas”, puntualizó.