Carlos Lehder, exnarcotraficante: Cuba me ofreció una isla, pero querían manejar todo el negocio
El exnarcotraficante colombiano compartió detalles íntimos de la época de los grandes capos del narcotráfico y habló de ‘Vida y muerte del cartel de Medellín’, su nuevo libro.
Ha pasado un buen tiempo desde que Carlos Lehder se vio obligado a dejar el narcotráfico. Fue el 4 de febrero de 1987 que fue extraditado a Estados Unidos por una dura sentencia por narcotráfico. Así se convirtió en el primer narco colombiano extraditado a EE.UU.
Lehder fue condenado a 137 años de prisión. Sin embargo, fueron sus testimonios los que le permitieron evadir la larga condena. Lo que vivió y lo que observó eran piezas fundamentales en el proceso judicial que se seguía por narcotráfico contra el fallecido Manuel Noriega, quien en su momento fue dictador en Panamá.
El exnarcotráficante vivió un tiempo en Estados Unidos y luego de salir de la cárcel por haber pertenecido a una red de compraventa y contrabando de carros robados, se integró al cartel de Medellín. Él era una pieza clave para brindar información sobre ese país y cómo ingresar drogas.
En medio de su paso por el narcotráfico, compró una isla en las Bahamas. Esta tenía como único fin ser un lugar de paso para las avionetas cargadas con marihuana y cocaína. Sin embargo, sus negocios con Pablo Escobar lo motivaron a viajar a Cuba.
Carlos Lehder, el exnarcotraficante, pasó por los micrófonos de Caracol Radio y narró detalles íntimos de la época de los grandes capos del narcotráfico. Además, habló de ‘Vida y muerte del cartel de Medellín’, su nuevo libro.
Viaje a Cuba y la isla que le ofrecieron:
En sus años en el narcotráfico, Lehder visitó en dos ocasiones Cuba con intereses de negocio. El exnarcotraficante aclaró que llegó a ese país por la invitación de la dictadura.
Sin embargo, mientras Lehder estuvo en ese país sintió desconfianza y temor por su vida. “El deterioro total de ese sistema y la peligrosidad que yo detecté para permanecer en Cuba en el segundo viaje, hizo que le dijera a Gustavo Gaviria, que era el que manejaba eso, y a Pablo: ‘gracias, pero yo con estos comunistas no sigo haciendo negocios’. Ellos continuaron, pero ya con otro personal”.
Aunque Lehder estuvo en ese país, no conoció a Fidel Castro, pero sí a su hermano Raúl. Por otra parte, Lehder viajó con la intención de mantener un lugar de paso para las avionetas llenas de coca. “Me ofrecieron una isla que se llama Cayo Largo para utilizarla como la de las Bahamas, porque cuando yo fui a Cuba ya no tenía mi isla.”
Para Lehder era peligroso hacer negocios con el Gobierno de Cuba, debido a que sintió que tenían intenciones de apoderarse del negocio. “Como plan B tratamos de hacer el negocio de la isla en Cuba. Ellos me ofrecieron una, fui, la visité. Pero yo me percaté que lo que estaban buscando con ese servicio de inteligencia cubano era manejar todo el negocio desde Cuba. Comenzar, inclusive, hasta la exportación a Estados Unidos. Lo cual yo les aclaré que no podían”