Con la llegada de sucesivos picos de enfermedades respiratorias, que han llamado la atención ante la posibilidad de regresar al uso del tapabocas en niveles pandémicos, cada vez más personas se preocupan por mantener un estado de salud adecuado, intentando prevenir el contagio de estas afecciones virales.

En ese sentido, el sistema inmune se convierte en un aliado de singular importancia, como primera línea de defensa del cuerpo ante los microorganismos, que son los que terminan causando las enfermedades que tanto se busca evitar.

No es de extrañarse, dadas las circunstancias, el posicionamiento mediático, de suplementos, vitaminas, superalimentos y demás productos que prometen aumentar las capacidades del sistema inmune, para potenciarlo en la lucha contra las enfermedades.

¿Funcionan realmente los productos que potencian el sistema inmune?

El arsenal de estos productos, que prometen aumentar las capacidades del sistema inmune y prevenir enfermedades, incluye diversas presentaciones, entre las que se encuentran los sueros intravenosos, las vitaminas y suplementos, los denominados superalimentos y los tratamientos de desintoxicación.

De acuerdo al doctor Robert H. Shmerling, editor de salud de la universidad de Harvard, estos productos deliberadamente confunden dos funciones diferentes, en cuanto a su acción frente al sistema inmune:

• Una cosa es lo que hacen las vacunas, como un “refuerzo” de la inmunidad, preparando al sistema inmunitario para combatir un organismo infeccioso concreto (como la vacuna contra la influenza).
• Mientras que otra, es el “apoyo inmunitario”, que hace referencia a vitaminas como la vitamina C u otros nutrientes necesarios para un sistema inmunitario sano.

Según el experto, aunque es cierto que una deficiencia de nutrientes vitales puede causar una función inmunitaria deficiente, eso no necesariamente indica que una persona con niveles normales de nutrientes pueda esperar que los suplementos mejoren su sistema inmunitario.

El galeno resalta que no hay pruebas convincentes de que un producto concreto mejore significativamente la función inmunitaria en personas sanas, al igual que con los alimentos. “Ningún alimento ha demostrado mejorar la función inmunitaria por sí solo”, subraya Shmerling, para quien “lo más importante es la calidad general de la dieta, no los alimentos por separado”.

En cuanto a los alimentos a evitar, como las bebidas azucaradas o las carnes muy procesadas, asegura que “son los mismos que debería limitar de todos modos”.

¿Qué acciones fortalecen el sistema inmune previniendo enfermedades?

Resalta la universidad de Harvard que, para funcionar bien, el sistema inmunitario necesita equilibrio y armonía. Aunque aún se desconocen muchos datos sobre la respuesta inmunitaria en el organismo, hasta el momento, la ciencia no ha hallado vínculos directos entre el estilo de vida y la mejora de la función inmunitaria.

Eso no significa, argumenta la prestigiosa universidad, que los efectos del estilo de vida sobre el sistema inmunitario no sigan siendo material de estudio, pero mientras se obtiene evidencia concreta, lo recomendable son las prácticas saludables, ya que probablemente contribuyen a la función inmunitaria y aportan otros beneficios probados para la salud.

Las prácticas más beneficiosas para la salud inmunitaria, según la universidad de Harvard, son:

• No fume.
• Siga una dieta rica en frutas y verduras.
• Haga ejercicio regularmente.
• Mantenga un peso saludable.
• Si bebe alcohol, hágalo con moderación.
• Duerma lo suficiente.
• Tome medidas para evitar infecciones, como lavarse las manos con frecuencia y cocinar bien las carnes.
• Intente minimizar el estrés.
• Manténgase al día con todas las vacunas recomendadas. Las vacunas preparan el sistema inmunitario para combatir las infecciones antes de que se instalen en el organismo.