Ministro de Hacienda debe jugar un papel importante para definir el salario mínimo: SAC
El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Jorge Enrique Bedoya, habló en Caracol Radio sobre la posibilidad de que el salario mínimo para 2024 se defina por decreto, dada la difícil concertación entre las partes.
Ministro de Hacienda debe jugar un papel importante para definir el salario mínimo: SAC
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Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC. Foto: Colprensa
El pasado 28 de noviembre se instaló en Colombia la mesa de concertación para el aumento del salario mínimo en 2024.
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Tras cerca de un mes de conversaciones entre los gremios empresariales y las centrales obreras, mediadas por el Gobierno Nacional, no se han logrado un acuerdo.
El asunto ha estado de forma permanente en la conversación pública durante las últimas semanas, pues de este aumento depende gran parte de la dinámica económica del país para el año nuevo.
Si bien el Gobierno no tiene un rol definitorio dentro de la negociación, sí tiene la posibilidad de establecer el aumento mediante decreto. Eso, en el escenario de que al 30 de diciembre no se logra un acuerdo.
El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya, aseguró que mientras el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, no participe de manera activa en la conversación, será difícil definir el aumento.
En conversación con 6AM Hoy por Hoy, el ejecutivo explicó cuáles son las razones por las que el aumento solicitado por las centrales obreras es difícil de alcanzar en este momento de la economía.
Salario mínimo y tasas de interés
Durante su comunicación, Bedoya explicó que hay un asunto sobre el que poco se ha hablado y tiene gran relación con la decisión del aumento del salario mínimo: las tasas de interés en Colombia.
El incremento que se aplique al salario de los colombianos sería “una señal” importante para definir la dinámica de los créditos en el país en el próximo año y la salud financiera de los ciudadanos.
“Las tasas de interés también le restan capacidad de compra a los colombianos. Es muy importante dar una señal al Banco de la República, para que el 2024 sea el año de reducir sustancialmente el costo de crédito para los colombianos”, dijo.
Aseguró que la definición del salario mínimo no solo se relaciona con la búsqueda de “proteger el ingreso real de los colombianos”.
En ese sentido, “hay un jugador que es muy importante: el ministro de Hacienda, que es el representante del Gobierno Nacional en la junta del Banco de la República”.
De la participación de este ente, junto a los generadores de empleo y las centrales obreras, depende el éxito de que el salario mínimo no se defina por decreto, sino por acuerdo.
Esto, sumado a que cuente con “dos componentes: proteger el ingreso real de los colombianos y que el costo del crédito realmente empiece una reducción importante”.
El presidente de la SAC agregó que esta semana es relevante “porque tienen que hacer una concertación con mucha sensatez, pensando en esas dos señales”.
¿Aumento del 18%?
El presidente de la SAC fue contundente en afirmar que un aumento del 18% en el salario mínimo, como lo proponen voceros de los trabajadores, es difícil de concretar por las condiciones económicas del país.
La semana pasada “las centrales obreras dejaron sobre la mesa ese 18%. Pero el año pasado, cuando la inflación fue del 13%, el incremento del salario mínimo fue del 16%”, explicó.
“Hoy tenemos la expectativa de que a inflación al cierre de 2023 sea inferior al 10%. Por eso el 18%, francamente, a mí me suena que va mucho más allá, inclusive de lo que fue el incremento del salario mínimo en pleno proceso inflacionario”, agregó.
Desde su postura, la definición del aumento del salario mínimo va más allá del impacto sobre cada una de las familias colombianas. Define aspectos importantes del comportamiento de la economía nacional.
“La pregunta que uno se tiene que hacer es qué puede pasar con la macroeconomía, las decisiones en materia de tasas de interés y de la capacidad de generarle ingreso real a los colombianos”, comentó.
A lo que agregó que un cierre económico de 2023, con cifras de inflación menores al 10% en el acumulado anual y una productividad negativa, debería ser un llamado de atención.
Esto, “para que el Banco de la República tuviera una reducción de tasas importante y le ayudara al bolsillo de los trabajadores con una reducción del costo de crédito”.
Puso de ejemplo al sector que representan, en el que la expectativa por el aumento del salario mínimo se suma a otras decisiones relevantes, como la discusión de la reforma laboral.
“Las tasas de interés para los créditos agropecuarios son demasiado altas. Por eso hay que garantizar que esa decisión lleve a una reducción importante”, expresó
Si bien resaltó que en 2022 la discusión del aumento fue ágil y efectiva, lamentó que el uso de la misma metodología no esté dando resultados este año.
“Siento que está siendo más complejo este año. Por eso, en esta semana, además del liderazgo y la buena voluntad de concertar de la ministra del Trabajo, tiene que jugar un papel fundamental el ministro de Hacienda y tratar de encontrar si la cifra del 18% tiene alguna posibilidad”, manifestó.
Balance del sector agrícola
El ejecutivo calificó el 2023 como “un año un poco agridulce”, en distintos sentidos. A pesar de que el consumo en los hogares se mantuvo, no todo el panorama es positivo.
En términos de seguridad, Bedoya lamentó que el año “terminó siendo un desastre”. Hizo referencia al asesinato del alcalde de Gauchené (Cauca), Elmer Abonía Rodríguez, que estuvo “antecedido por una invasión de un predio y de un secuestro”.
“La semana pasada nos mataron a un productor de arroz y su señora en el departamento del Meta”, agregó.
En cuanto a la demanda de los productos del sector agrícola, destacó que se sostuvo durante el año sin mayores problemas.
“El consumo en los hogares ha estado bien. A pesar de las condiciones en los sectores de la economía que se han venido deteriorando”, expresó.
Sin embargo, las decisiones económicas que están por tomarse le generan preocupación: “si se caen el consumo y la economía, eso le va a terminar pegando a los productores. Y si no bajan las tasas de interés, será un mundo muy complejo para nosotros”.
Pese a los anuncios de una temporada de altas temperaturas en distintas zonas del país, explicó que “el fenómeno de El Niño no ha llegado y eso nos genera cierto alivio”.
Sin embargo, la falta de concertación sigue siendo fuente de expectativas para el sector agrícola, que espera ver “qué sucede en febrero con la reforma laboral, que para nosotros trae gran preocupación y está conectada con la conversación del salario mínimo de los colombianos”, concluyó.