El bolero es declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO
México y Cuba se unieron para defender de manera conjunta el ingreso de este género musical a la lista más importante de las manifestaciones culturales del mundo.
Músico en una calle de Cuba. Foto: Getty Images. / Westend61
El sabor de los países de América Latina no solo proviene de las preparaciones más representativas de su gastronomía.
Si bien en las cocinas hay una importante fuente de sabor, México y Cuba dejaron claro que en los ritmos y sonidos de su tradición musical también hay mucho por ofrecer al mundo.
Lea también
Justo la UNESCO acaba de ratificar esta afirmación con el ingreso del género musical del bolero a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El anuncio se hizo desde Botsuana, en África meridional, donde se realiza la Cumbre Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Durante este evento, las delegaciones de 181 países evalúan el ingreso de 55 nuevas manifestaciones culturales a la lista de las más importantes para la identidad de la humanidad.
El evento en el que se adelanta esta evaluación inició el pasado 5 de diciembre e irá hasta el sábado 9. La declaratoria del bolero se suma a la del ceviche peruano y la de la partería tradicional en Colombia.
El sonido del bolero
El bolero es un género musical difícil de encasillar en un solo estilo. Incluso su origen y propiedad es difícil de definir, pues se escucha, canta y baila en toda América Latina.
Según las consideraciones de la UNESCO, este ritmo nació en Cuba y se extendió poco a poco por toda América Latina.
Sin embargo, México y Cuba tienen una tradición musical especial frente a este género, lo que ha hecho que se incruste como punto fundamental de su identidad.
Por esta razón, los dos países se unieron para presentar a la UNESCO la postulación titulada “Bolero: identidad, emoción y poesía hechas canción”.
Los dos países ya tienen inscrita esta manifestación cultural en sus respectivas listas representativas del patrimonio.
El primero en hacerlo fue México, en 2018. Luego le siguió Cuba, quien hizo la respectiva declaratoria en el año 2021.
Músicos en el Malecón de La Habana, Cuba / YAMIL LAGE
Origen de una tradición
El bolero como género musical tiene al menos siglo y medio de historia. Según expertos, nació en la segunda mitad del siglo XIX, en Cuba.
La canción “Tristezas”, escrita en 1883 por el cubano José Pepe Sánchez, en Santiago de Cuba, es considerada la primera creación cuyas características corresponden al género del bolero como se conoce hoy.
Cuatro décadas más tarde, hacia 1921, se compusieron los primeros boleros mexicanos en la península de Yucatán.
“Morenita mía”, de Armando Villarreal Lozano, es la primera canción que se reconoce en México como producida con las características del género musical.
La UNESCO reconoció en el bolero las “letras líricas, de amor y desamor, así como sus cadenciosas percusiones acompañadas de guitarras, bajos, pianos, alientos”:
También “su característico requinto mexicano que, en conjunto con las voces solitarias o en grupo, lo enriqueció, tanto en su país de origen, como en las naciones que lo acogieron como propio”.
Músicos tocando en una cantina mexicana. Foto: Getty Images. / RODRIGO OROPEZA
Importancia del reconocimiento
El bolero no es el primer ritmo musical reconocido dentro de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En el año 2009 el tango de Argentina ingresó a la lista. Al año siguiente también lo hizo el flamenco español. Luego, en 2018, la música reggae de Jamaica recibió el reconocimiento.
Del género del bolero, la institución destacó que es “una herencia cultural que se transmite dentro de las familias y comunidades gracias a la tradición oral y por imitación, razón por la que hoy en día es una práctica cultural viva”.
Con su reconocimiento, los Estados y las instituciones adquieren un compromiso especial con la salvaguarda de estas manifestaciones culturales, como parte de la identidad de la humanidad.
El ingreso a la lista reconoce y promueve la diversidad de los conocimientos y las prácticas culturales tradicionales de las sociedades en el mundo.