Según la creencia judeocristiana, los ángeles de la guarda son seres metafísicos o criaturas espirituales a las que Dios ha encomendado la protección y el cuidado de las personas, asignando uno de estos seres a cada uno de nosotros.

En la biblia aparecen diferentes referencias a los ángeles, eso sin contar que algunos de los jerarcas más importantes de la religión han validado su existencia para la fe cristiana. “Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel”, señala San Agustín al respecto, en uno de sus textos.

“A sus ángeles ha dado órdenes Dios para que te guarden en tus caminos”, se lee en el Salmo 90.

“Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo’', dijo Jesús según el evangelio de San Mateo.

El culto a los ángeles en la historia

El culto a los ángeles para la iglesia católica tiene gran antigüedad en el continente europeo, y, de igual manera, la devoción por la protección de estos seres, de quienes se cree traen beneficios y buenos favores a quien los invoca, se encuentra inserta en ritos tan fundamentales como la Eucaristía.

Según señala EWTN, en el año 800 ya se celebraba en Inglaterra una fiesta a los Ángeles de la Guarda e, incluso, desde 1111 existe una oración que se popularizó entre los creyentes para homenajear el favor de los ángeles.

“Respetemos su presencia (portándonos como es debido). Agradezcámosle sus favores (que son muchos más de los que nos podemos imaginar). Y confiemos en su ayuda (que es muy poderosa porque es superior en poder a los demonios que nos atacan y a nuestras pasiones que nos traicionan)”, dice un famoso sermón de San Bernardo, proclamado en el año 1010.

¿Por qué se celebra el 2 de octubre el día de los ángeles de la guarda?

La fe en los ángeles custodios era tal en Europa que desde 1411 se evidencia la voluntad de un sumo pontífice, León X, por instituir la conmemoración de estos seres.

Sin embargo, no sería hasta 1608 cuando, mediante la intercesión de un monarca, Fernando II de Austria, el papa Paulo V, universalizó la conmemoración de los ángeles de la guarda, sin manifestar una imposición de la misma en cuanto a su realización y la fecha de la misma.

La fecha actual del 2 de octubre, fue establecida finalmente por Clemente X, quien la fijó para el primer día de festividades, luego del día de San Miguel, que se celebra el 29 de septiembre, a lo largo del tiempo la fecha terminó estableciéndose en la que conocemos hoy en día.