Tormentas solares: la causa de los más de 200 satélites que perdió Starlink de Elon Musk
La flota de satélites del CEO de Space X se ha visto afectada por las emisiones de energía que produce el sol, así lo confirmó la NASA
212 satélites ha perdido la flota de Starlink, la compañía de internet satelital de Elon Musk, según informa Cybernews, únicamente en el periodo comprendido entre el 18 de julio y el 18 de septiembre. Esto se ha logrado determinar gracias a la información recopilada por proyectos abiertos, como satellitemap.space, que monitorean el movimiento y estado de estos dispositivos.
Según los datos almacenados en este portal, el medio logró inferir que el número de satélites quemados ha aumentado constantemente en los últimos tres años, teniendo un pico elevado y significativo desde julio.
La ‘constelación’ de Starlink
SpaceX comenzó a lanzar satélites Starlink en 2019. Más de 5.000 han sido enviados a la órbita inferior de la Tierra desde entonces. De ellos, se cree que unos 4.500 están activos. Para recuperar la flota perdida por Musk, según los cálculos de algunos medios, como Fayerwayer, la compañía tendría que realizar al menos 9 lanzamientos de la nave Falcon 9 de SpaceX.
Los costes de lanzamiento de Starlink rondan los 15 millones de dólares, de acuerdo con Forbes, lo que significa que el coste de lanzamiento por satélite es de unos 300.000 dólares, algo nada despreciable para una empresa que ha llegado a menos clientes de los que se esperaba en un comienzo.
La empresa de Elon Musk ya tiene permiso para desplegar 12.000 satélites Starlink en órbita baja, y, según Space, ha solicitado a un regulador internacional la aprobación para elevar otras 30.000 naves espaciales más.
Una perdida recurrente
Esta alerta recuerda lo ocurrido el año pasado, en febrero, cuando un grupo de investigadores del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA y de la Catholic University of America determinaron que una masa de plasma que impactó en la magnetosfera de nuestro planeta, produciendo la perdida de 40 satélites de la compañía durante su lanzamiento.
En ese entonces, según explica Phys.org, se trató de un halo de eyección de masa coronal procedente de una región activa en el cuadrante noreste del Sol, que se desplazó a unos 690 kilómetros por segundo como una nube magnética impulsora de choques.
La revista científica describe este suceso como una larga masa de material retorciéndose en el espacio, la cual se expandía a medida que se desplazaba hacia los satélites, para, finalmente, chocar contra la magnetosfera de la Tierra, creando una tormenta geomagnética.
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¿Son verídicos estos datos?
Cabe anotar, dice Cybernews, que no se ha logrado determinar si estos satélites estaban programados para salir de órbita o si se quemaron como resultado de un fallo.
De igual manera, algunos expertos han cuestionado la exactitud de las cifras publicadas en el proyecto de rastreo, considerándolas inusualmente altas. Al respecto, satellitemap.space declaró que sus datos se basan en los datos públicos de seguimiento que se compilan en space-track.org, entre otros sitios.
¿Lección aprendida?
En 2022, cuando se presentó la primera gran perdida conocida de satélites de Starlink, la compañía perdió millones de dólares por desoír las advertencias de la comunidad científica sobre la posibilidad de recibir los efectos adversos de una tormenta geomagnética.
El conocimiento y advertencias que ha acumulado la ciencia sobre la meteorología espacial, ha llevado a que las compañías satelitales estén muy atentas a las recomendaciones de este campo. Subraya Hindustan Times que esta información es fundamental para tomar medidas para la protección de estos dispositivos.
Los astronautas de la ISS pueden refugiarse hasta que pase la tormenta. Además, las compañías eléctricas y otros organismos, también deben estar atentos a los efectos en tierra de estos fenómenos.
Los satélites son actualmente el primer puesto avanzado que le permite a los científicos y agencias espaciales estar preparadas frente a las emisiones solares, esto con la esperanza de tener cada vez datos y predicciones más precisas sobre su ocurrencia y efecto.