Desigualdad en Colombia, ¿cómo reducir las brechas con educación y empleo?
Panelistas consideran que temas como la baja calidad en educación y la alta informalidad y poca productividad han sido elementos que han perpetuado la desigualdad en Colombia
Desigualdad en Colombia, ¿cómo reducir las brechas con educación y empleo?
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Cuando llegué a la Gobernación de la Guajira el proyecto de bilingüismo ya estaba aprobado por el Ministerio de Educación: Wilber Hernández. Foto: Getty Images
En Hora20 un programa que se aleja de la coyuntura del país para analizar el panorama de desigualdad, brechas y poca productividad que tiene Colombia, pues recientes informes ubican al país como el segundo más desigual de la región, encontrando como causas la poca productividad laboral, el tejido empresarial, los problemas en el sistema educativo y la poca confianza. Ser analizaron las fórmulas necesarias para salir del escenario de desigualdad y el efecto que tienen las reformas que propone el gobierno para superar los problemas actuales.
Enfrentar la desigualdad social y lograr un país más equitativo es uno de los objetivos del acuerdo nacional que le propuso ayer el presidente Petro a los empresarios en el encuentro con el Consejo Gremial. Las reformas como la laboral, la de salud y la educación tienen según el Gobierno el propósito de cerrar las amplias brechas que existen en el país. Según el Banco Mundial, Colombia es el segundo país más desigual de América Latina y el Caribe y el primero de los países de la OCDE, pues se estima que los ingresos del 10% más rico son 11 veces mayores a los del 10% más pobre. Hace un mes el CAF en su informe sobre desigualdades heredadas, planteaba que la alta desigualdad en la distribución del ingreso y de la riqueza estaba asociada a factores como la educación, el plano laboral y la inclusión financiera.
El reciente informe del PNUD sobre el Informe Nacional sobre Desarrollo Humano planteaba cómo la realidad colombiana estaba asociada a bajos niveles de productividad, los bajos salarios y el tamaño del tejido empresarial impactaban en el escenario de altos niveles de desigualdades, pues el 83,1 % del empleo en el país se concentra en micro, pequeñas y medianas empresas, mientras que el 91 % del tejido empresarial y el 20% del PIB se concentra en microempresas donde se presentan altos niveles de informalidad, pues según el informe del Banco Mundial el 40% de los trabajadores son formales y el 60% está en el plano de la informalidad.
La educación es el otro factor que influye en las cifras de desigualdad, pues las barreras territoriales, en calidad de la educación y acceso hace que sea complejo que el sistema educativo responda a las necesidades, por ejemplo, el 60% de jóvenes que finalizaron grado 11 no continuaron con su formación o la brecha entre nivel socioeconómico, mientras los estratos altos estudian en un 55% en instituciones privadas acreditadas, en estratos bajos el 23% estudia en estas instituciones.
Lo que dicen los panelistas
María Angélica Arbeláez, directora del informe sobre desarrollo humano del PNUD en Colombia, planteó que hay dos fenómenos que permanecen por décadas, “en el informe era ver la relación entre desigualdad alta y baja productividad, si era una relación inversa o si se retroalimentan en un círculo vicioso, esa relación es inversa y en Colombia, por el tipo de tejido empresarial, sí hay círculo vicioso”. Detalló que los subsidios y transferencias se aumentan y no mejoran la desigualdad, “se demuestra que parte de la solución es la oportunidad en educación y esas brechas, más el tamaño del capital es como de alguna manera se da esa persistencia en desigualdad”, en ese sentido, dice que el país ha mejorado porque los mejores han mejorado y los peores se quedan atrás o han empeorado.
Para Jairo Núñez, doctor en ciencias sociales, investigador en Fedesarrollo y magister en economía, Colombia tiene el mismo Gini de hace 50 años porque el sistema educativo no funciona y los colegios públicos son de calidad muy baja, “hay desigualdad que se replica a lo largo del ciclo de vida porque los niños más pobres van a colegios públicos de baja calidad, después los niños no acceden a universidad y siempre estarán en el sector informal; hay segregación importante entre quienes acceden a la formalidad y quienes van directo a la informalidad y se cierra el círculo en donde el sector empresarial se concentra en grandes empresas que contratan a esas personas que tuvieron acceso a buena educación superior y el resto queda en la informalidad”.
Planteó que se ha exagerado en subsidios que no han tenido mayor incidencia en la reducción de la pobreza, “las medidas nos dicen que todas esas transferencias condicionadas bajan la pobreza en 2 puntos, de manera que siempre he defendido la idea de que se ha exagerado en subsidios y que los esfuerzos deben ser políticas de empleo, de formación para el trabajo y de desarrollo productivo para romper el círculo”.
Cristina Fernández, economista, experta en termas de mercado laboral e investigadora en desarrollo económico, planteó que hay razones para tener una reforma laboral que solucione los problemas, sin embargo, dice que el problema está en que las reformas avanzan en la dirección contraria, “hay algo claro con los 8 millones en empleo formal, son personas más adecuadas, con mejores ingresos en sus familias, menos participación migrante, menos participación de mujeres y son trabajadores de edad productiva en un mercado que segrega mucho” y, asegura que la reforma lo que se hace es proteger 8 millones que son los más afortunados de todo el mercado laboral, “parece que la reforma se centra en reforzar el estatus de los que ya están privilegiados”. En ese sentido, comenta que la propuesta dejaría por fuera 12 millones de personas que están por fuera de los trabajos formales. También destaca que la reforma no avanza en la dirección de aumentar la productividad, aunque celebró que se dé un avance en abordar a las personas que trabajan en plataformas digitales.
María del Pilar López, economista e historiadora, PhD en desarrollo económico y profesora asistente de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, señaló que se debe entender que la desigualdad es más amplia que el ingreso y la riqueza, “la de la tierra es dramática con Gini del 0,9, en lo regional o PIB en algunos municipios en Chocó se compara con lugares en África vs en Antioquia donde la pobreza es de países más avanzados, desigualdad en géneros, en etnia, bienes públicos; es mucho más que ingreso y riqueza”, un fenómeno que explica, no se debe al resultado de los últimos años, esto es de largo plazo, “me atrevería a decir de 100 años donde el Estado ha cumplido un rol importante porque es ese actor que debería nivelar la cancha y mejorar las oportunidades porque hay desventajas, pero en la práctica eso no se ha materializado”.
Además, dijo que muchas veces políticas del Estado en temas de educación o de tierras termina empeorando la desigualdad o reforzándola.
Mauricio Olivera, vicerrector administrativo y financiero de la Universidad de los Andes, exviceministro y expresidente de Colpensiones, planteó que temas como la geografía y las débiles instituciones son determinantes de la desigualdad en el país y explicó que en relación con el mercado laboral se puede tener dos tipos de Estado: uno que subsidie para igualar o uno que genere oportunidades para igualar. Sobre el mercado laboral, dijo que hoy las encuestas demuestran que las empresas no contratan porque no consiguen personas con competencias adecuadas, “eso viene desde la educación primaria y ahí la educación para el trabajo es clave porque en las empresas hay vacantes en niveles de educación bachiller y universitario y hay desempleo, mientras que en el técnico hay más demanda que oferta, hay más vacantes que personas con capacidad para llenar esas vacantes”.