Así trabaja el desminado humanitario para liberar de explosivos a Parques Naturales
Caracol Radio acompañó a los integrantes del Ejército Nacional en las montañas del oriente de Caldas.
Bogotá D.C.
La neblina cubre las carpas donde duermen los integrantes de la Brigada de Desminado Humanitario del Ejército Nacional. Son las 5 de la mañana y los integrantes de las Fuerzas Militares alistan sus equipos en su área administrativa, forman y cantan el himno ante las banderas de Colombia y una blanca de la paz.
Cuando el sol se asoma por las montañas del oriente de Caldas, los desminadores emprenden una caminata que dura aproximadamente dos horas entre inhóspitas trochas y en medio de la espesa vegetación. El destino es el polígono de trabajo ubicado en la vereda Las Mercedes, del municipio de Samaná, donde se tiene sospecha de presencia de minas antipersonal.
A principios de los años 2000, esta zona estaba dominada por el frente 47 de las extintas FARC, bajo las órdenes de alias ‘Karina’. Según información de las autoridades, la instalación de estos artefactos tenía el propósito de impedir el ingreso de otros grupos armados y del Ejército Nacional a sus campamentos, además de generar terror en las comunidades y tropas.
Asimismo, la violencia entre esa guerrilla y grupos paramilitares por la disputa de corredores estratégicos obligó a centenares de habitantes a abandonar sus tierras. Casi 20 años después, cuando las víctimas de desplazamiento forzado regresaron a sus terrenos, los encontraron minados.
A partir de ahí inicia la labor del Ejército Nacional para destruir esas trampas mortales y así entregar a los campesinos predios seguros que aporten al desarrollo económico de sus comunidades.
En diálogo con Caracol Radio, el sargento segundo Edwin José Calderón Soto, uno de los líderes de la Compañía Cronos, reportó que hasta la fecha en la vereda Las Mercedes se han despejado 38 mil metros cuadrados y destruido 15 minas antipersonal, elaboradas con un contenedor plástico (como tarros de aceite o de gasolina) y un sistema de activación, que por lo general es una jeringa. Los últimos cinco explosivos fueron detectados a principios de abril.
Según explicó el sargento Calderón, se utiliza la técnica de desminado manual en la finca El Tesorito, que comprende un detector de metales, un equipo de protección especial y un kit de herramientas que consta de una pala, tijeras, espátula, sierra manual y un aerosol.
“Estamos desde el 2019. Es un trabajo meticuloso y estricto donde acatamos pasos establecidos en los procedimientos. El Batallón de Desminado Humanitario realizó los estudios no técnicos y determinó que esta poligonal era un área peligrosa confirmada. Aquí no aseguramos metros ni kilómetros, sino centímetro por centímetro”, indicó el sargento Calderón, oriundo de Armero-Guayabal, Tolima, y quien lleva siete años en estas labores.
Por ahora, ya se han entregado tres áreas a las comunidades y se espera la descontaminación total entre noviembre y diciembre. De hecho, se tienen proyecciones en la vereda Raudales ubicada en el parque Selva de Florencia.
Justamente, el coronel Andrés Guzmán, comandante del Batallón de Desminado Humanitario N° 3 del Ejército Nacional, entregó a Caracol Radio un balance sobre el trabajo que se está realizando en los Parque Nacionales Naturales, donde también se han identificado estos letales artefactos que afectan la biodiversidad, ponen en riesgo la vida de los guardaparques y limitan las visitas de niños, niñas y adolescentes y la comunidad en general.
“Actualmente, en este parque hay 60.000 metros cuadrados liberados de sospecha de minas antipersonal, divididas en ocho áreas de trabajo, donde hallamos y destruimos nueve de estos artefactos. Está pendiente por intervenir más de 9.000 metros cuadrados”, señaló el coronel Guzmán, refiriéndose al parque Selva de Florencia
Colombia tiene 60 áreas protegidas de las cuales 18 reportan presencia de minas antipersonal, según las cifras que presentó Luis Olmedo Martínez Zamora, director de Parques Nacionales Naturales. Además de Selva de Florencia, el Ejército Nacional ha identificado por ahora una posible contaminación en los parques Nevado del Huila y Sierra de la Macarena.
En el primero, ya se descontaminaron 5.819 metros cuadrados, y en el segundo se han detectado dos posibles áreas contaminadas que suman 12.000 metros cuadrados. “Aquí se aplica la técnica de desminado manual, dado que por el terreno no hay condiciones para el ingreso de la parte mecánica ni tampoco el uso del ejemplar canino”, dijo el coronel Guzmán.
De acuerdo con las cifras consultadas por Caracol Radio, la Brigada de Desminado Humanitario del Ejército Nacional ha intervenido 581.551 metros cuadrados en el país durante el 2023. Han sido localizadas y destruidas 27 minas antipersonales, 11 municiones sin explosionar y 2 artefactos explosivos improvisados.
“Vimos un tarro sospechoso ¡Qué susto!”
Alonso Jaramillo, agricultor y presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Las Mercedes, municipio de Samaná, contó a Caracol Radio cómo encontró una mina antipersonal mientras estaba preparando un potrero y sembrando pasto para ganado, hace aproximadamente más de un año.
“Estaba con otro señor y vimos un tarro sospechoso. Entonces, lo dejamos quieto e informamos al Batallón de Desminado Humanitario. Ellos vinieron y confirmaron que se trataba de una mina antipersonal”, dijo Alonso desde su vivienda.
“Mi reacción fue de susto porque llevábamos días trabajando en ese terreno. Nos dio miedo que pudiera haber más, por eso nos retiramos para evitar un accidente. Gracias a Dios no hemos caído en una mina de esas”, indicó el presidente de la JAC de esa comunidad, quien confirmó el hallazgo de cinco minas que fueron destruidas por el Ejército Nacional.
“Tenemos un área más despejada de minas y podemos andar más tranquilos, seguros y sin peligro”, señaló Jaramillo sobre el trabajo del Ejército en la zona durante los últimos años. Cabe resaltar que, una vez culminadas las actividades de desminado, el suelo inicia un proceso de recuperación natural para que sus características se vuelvan a restablecer.
En la región oriente de Caldas, la extinta guerrilla sembró minas antipersonal en pleno conflicto armado generando terror, pero ahora los campesinos le apuestan a tener cultivos de café, plátano, yuca, frijol y maíz.
“Es como en todas partes. Siempre hay peligro. Como ellos están desminando de aquí para arriba, nosotros trabajamos en la parte baja de la montaña”, indicó Fabio Giraldo, un campesino de la zona.
Su pareja sentimental de hace un año, Edelmira Arango, aseguró que persistirá el miedo ante la presencia de estos artefactos, pero “uno tiene que confiar en Dios del cielo. Sé que hay minas por ahí cerca y ojalá que no me encuentre con una”. Manifestó que confía en el Ejército Nacional para volver a caminar segura en las montañas del oriente de Caldas.