Ciencia y medio ambiente

¿Por qué no debería matar a los ‘mosquitos gigantes’ que entran a su casa?

Además de ser inofensivos, cumplen una labor vital en la preservación del medio ambiente.

Así es el mosquito gigante que no debería matar si se lo encuentra en casa.

Así es el mosquito gigante que no debería matar si se lo encuentra en casa. / Andrey Donnikov

Es normal que con la disminución de la lluvia aparezcan en las viviendas los mosquitos, unos animales que pueden ser una molestia y pueden transmitir enfermedades como el dengue, la malaria y el virus del Nilo Occidental.

Además, los mosquitos pueden interrumpir el sueño y causar picaduras que resultan ser dolorosas e incómodas, dado que dan lugar a bultos enrojecidos sobre la piel y que provocan un molesto picor. Por estas razones, no es extraño que estos animales sean un blanco habitual para los humanos.

Sin embargo, no todos los mosquitos son peligrosos, ni es necesario exterminarlos. Es el caso de la típula, conocida como “el mosquito gigante” por su gran tamaño.

¿Por qué no debería matarlos?

A pesar de su apodo, las típulas no pertenecen a la familia de los mosquitos, sino que forman parte de los dípteros. Estos insectos tienen un cuerpo fino y largo, al igual que sus patas. Sus alas permanecen siempre desplegadas, aunque no estén en pleno vuelo, una hazaña en la que no son demasiado hábiles.

Pueden llegar a medir entre 2 y 100 mm, aunque las que se suelen ver más a menudo tienen un tamaño que gira en torno a los 60 mm, de ahí que sean conocidas como “mosquitos gigantes”. Su tamaño y su semejanza con los mosquitos, hacen que la mayoría de las personas que se encuentran con uno de estos animales tiendan a acabar con ellos.

No obstante, Chris Conlan, ecólogo del vector de supervisión del condado de San Diego explicó para el diario local que las moscas grúa, también conocidas como mosquito halcón, son inofensivas para los humanos, puesto que no cuentan con piezas bucales para hacer picaduras.

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Las típulas no se alimentan de sangre, sino de flores y néctar; por lo tanto, no pican nunca a las personas ni les pueden transmitir enfermedades.

Además ayudan a la polinización y por ello es preferible sacarlas de casa antes que matarlas.

Un dato curioso de las típulas (Tipulidae) es que su etapa adulta pueden durar hasta 12 días y durante este tiempo prácticamente no se alimentan, sino que lo dedican por completo a la reproducción.

Características de las típulas

La típula es a veces llamada “mosquito grande que no pica” porque se parece bastante a los mosquitos: tiene un cuerpo alargado y patas largas. No obstante, se diferencian de los mosquitos porque no tienen escamas en las alas y, además, su tórax es en forma de V.

Tienen patas muy largas, delgadas y frágiles: con muchas vellosidades cortas, que pueden desprenderse de su cuerpo con mucha facilidad.

Su cuerpo también es largo, delgado y estilizado: son de un color gris a amarillo y dicho cuerpo mide en promedio 5 centímetros, pero sumando las patas su tamaño y volumen aumenta.

Presentan dimorfismo sexual: las hembras son más gorditas que los machos porque cargan los huevos. Así mismo, las típulas pueden encontrarse prácticamente en cualquier hábitat, pero siempre asociados a cuerpos de agua dulce o donde haya humedad y tierra mojada.

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