¿Por qué el dolor se siente peor en la noche que en el día?
Un experimento encontró que la intensidad del dolor aumenta en la noche
La inmensa mayoría de personas hemos experimentado noches bastante caóticas, que se pasan en vela gracias a cualquier malestar físico o sentimental que atravesemos en el momento.
Pese a que durante el día también se pueden experimentar las moletas sensaciones de dolor, lo cierto es que las peores llegan durante las últimas horas de día. El dolor se intensifica de noche y varios científicos se han dado en la tarea de investigar las razones.
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés), define al dolor como: “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con, o similar a la asociada con, daño tisular real o potencial”.
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Estas sensaciones se experimentan cada que ocurre un daño o una afectación, la cual puede ser percibida de forma consiente o también los episodios desagradables que involucran las emociones y alteran nuestro estado de ánimo.
Aunque el dolor es realmente molesto, es fundamental y necesario para que podamos detectar anomalías que damnifiquen a nuestro cuerpo. El dolor es una respuesta a varios estímulos riesgosos para el bienestar de las personas, da señales de alerta sobre posibles enfermedades o intrusos que pueden poner en juego nuestra salud e incluso nuestra vida.
El dolor es un sistema de alarma que ejecuta nuestro cerebro, el cual termina funcionando como un mecanismo de supervivencia, esto debido a que al tratarse de una molestia el cuerpo va a hacer lo posible por alejar los factores que lo ocasionan. Logrando así mantenernos a salvo de los peligros.
Sin embargo, el dolor no solo es una respuesta a los diferentes estímulos de peligro que nos rodean, pues ha habido casos en los que varias personas aseguran no sentir dolor frente a situaciones que normalmente los depararían. Esto se debe a que el concepto de dolor incluye no solo la precesión material de un factor de riesgo, conocida como la nocicepción, sino también vincula una interpretación cognitiva y emocional de la nocicepción.
Ahora bien, una vez entendido el concepto de dolor, surge dentro de la ciencia un hecho bastante llamativo, y es que durante la noche las sensaciones pueden agudizarse y por lo que las molestias podrían sentirse con mayor intensidad.
Sucede que a veces la sensación del dolor es rápidamente reemplazada por otras sensaciones debido a las condiciones de nuestro entorno. Esto se debe gracias a que la medula espinal, la cual se encarga de enviar las señales de dolor al cerebro, bloquea estas sensaciones para percibir otras. Un ejemplo de esto es cuando nos golpeamos y de inmediato nos frotamos la zona afectada. La medula espinal envía la señal de dolor que alerta al cerebro del golpe, pero casi inmediatamente reemplaza esta molestia por la sensación de fricción la cual reduce las señales del dolor.
Siguiendo que las sensaciones del exterior influyen en la percepción y en la intensidad del dolor, es que los científicos relacionaron las molestias agudas con la noche. Debido a que en las últimas horas del día, el cuerpo entra en reposo y los estímulos externos que podrían distraer el dolor son menores, es que el cerebro interpreta con mayor intensidad las molestias.
Inclusive un estudio referenciado por el portal de la BBC, el cual fue publicado en le revista Brain, a cargo de la investigadora Inés Daguet y sus colaboradores evidenciaron que la peor hora para sentir dolor era las 4:00 a.m.
En los resultados propusieron que una de las razones por las cuales esta hora en específico presentaba los índices de dolor más intenso se debía a los ciclos hormonales que el cuerpo desempeña todos los días. Dentro de los análisis se estudiaron los niveles de cortisol el cual está relacionado con el sistema inmunológico y la inflamación, y la melatonina. Así como también la falta de sueño y el ritmo cardiaco, estos factores varían a las 4:00 a.m. permitiendo una mayor percepción del dolor.