Nuestra biodiversidad está en peligro
Especies de fauna y flora, en peligro de extinción a causa de incendios forestales.
Colombia
La pérdida de grandes hectáreas de selvas y bosques colombianos a causa de quemas e incendios forestales, trae consecuencias no solo para el ecosistema donde se producen, también para la conservación de la vida en todo el planeta.
De acuerdo con el grupo de investigación Ecología del Paisaje y Modelación de Ecosistemas de la Universidad Nacional, los incendios que se presentaron en el 2019 en Colombia, pusieron en peligro a más de 40.000 especies de plantas y 6.000 especies de animales.
La fauna es la más afectada, directamente por las conflagraciones o porque a causa de las llamas algunos animales se desplazan de su hábitat.
Mamíferos como los osos perezosos, lapas, zarigüeyas y zorros; reptiles como las tortugas, boas e iguanas; aves como los búhos, lechuzas, águilas y halcones y felinos como los ocelotes y tigrillos, se encuentran en estado de emergencia.
En las zonas con mayor concentración de quemas como Cundinamarca y Antioquia, se ha observado que la migración de las especies ocurre no solo en el momento en que las llamas abrazan sus hábitats. También se produce debido a cambios de temperatura en dichos territorios, al aumento o disminución de las lluvias, a la escasez de agua o a cambios en los cinturones de niebla.
Para subsistir, las especies buscan refugio en otros lugares donde puedan adaptarse y al no lograrlo, mueren por falta de recursos naturales.
En el caso de la flora, las autoridades ambientales aseguran que los incendios más severos pueden calcinar completamente la vegetación y dañar la cubierta protectora del suelo, dando paso a la pérdida de nutrientes y a la erosión.
Pero el riesgo no solo es para las especies terrestres. Debido al humo, el desplazamiento de la ceniza, los escombros y residuos resultantes de los incendios, el recurso hídrico y las especies acuáticas también han sufrido fuertes desequilibrios.
La deforestación, además de amenazar la supervivencia de las diferentes formas de vida, estimula la producción de gases contaminantes relacionados con el cambio climático, afectando la calidad del aire, las condiciones del suelo y el acceso a fuentes de agua.
La mejor manera de evitar este panorama desalentador y proteger tanto los bosques como los mares y los ríos, es no iniciar quemas y reportar a las entidades encargadas de prevención y control de desastres cuando se detecte un incendio forestal, por pequeño que aparente ser.