¿Un paso al futuro? Japón pone a prueba robots como cuidadores de ancianos
Androides parlantes, camas inteligentes o exoesqueletos que ayudan a caminar son algunos de los robots a prueba en residencias de ancianos de Japón como posible solución a la falta de trabajadores y al apremiante envejecimiento demográfico.
Un grupo de personas mayores toman el té y resuelven crucigramas guiados por un autómata en un salón. Varios ancianos juegan con mascotas robóticas frente a la televisión, y otros se desplazan con un cinturón motorizado acoplado a la cadera que refuerza la movilidad en las piernas y endereza la espalda.
Son escenas cotidianas en la residencia especial de ancianos Shintomi, un centro privado ubicado en el barrio tokiota de Ginza que tiene en marcha un programa piloto para introducir robots y sistemas de inteligencia artificial (IA) en sus servicios.
"Los resultados son por ahora positivos. Al principio hubo cierta sorpresa por el uso de robots, pero por ahora no hemos tenido ninguna reacción negativa de nuestros clientes ni de sus familiares", explicó el presidente de la empresa gestora del centro, Kimiya Ishikawa.
Las principales ventajas de recurrir a las máquinas en el cuidado de ancianos son "reducir la carga física y mental" para los trabajadores y "mejorar la calidad de los servicios" para los clientes, subraya Ishikawa.
La automatización de tareas antes desarrolladas por cuidadores concede "una mayor independencia" a los ancianos y al mismo tiempo permite a los empleados "dedicar más atención personal", destaca el directivo, quien también afirma que no se ha recortado la plantilla de unos 70 trabajadores desde la llegada de los robots.