Lula desistió de su candidatura y deja a Haddad como sustituto
El expresidente de Brasil afirmó que la voz de Haddad es la suya y confía en que represente al Partido de los Trabajadores.
Brasil
El Partido de los Trabajadores de Brasil aprobó por unanimidad el nombre de Fernando Haddad para ser el sustituto de Luiz Inacio Lula de Silva en las elecciones presidenciales del 7 de octubre, en las que la postulación del exmandatario fue vetada al estar condenado en segunda instancia por corrupción.
La elección del ex alcalde de Sao Paulo, de 55 años, era un hecho esperado en la política brasileña pero que se confirmó luego de la sesión de los dirigentes del partido y tras la entrega de una carta escrita por Lula en la que señaló que la voz de Haddad es la suya y confío en que el dirigente podrá seguir sus ideales.
Esta tarde se vencía el plazo entregado por el Tribunal electoral para elegir a un sustituto, pues de lo contrario el partido de Lula se quedaría sin representación.
Esto se da después de una larga batalla judicial llevada a cabo por Lula que buscó diferentes recursos para aspirar a la presidencia a pesar de la ley de “ficha limpia” que impide que los condenados en segunda instancia puedan postularse a cargos de elección popular.
El exmandatario acudió a varias instancias de tribunales brasileños y además pidió medidas cautelares a organismos internacionales como la ONU, cuyo Comité de Derechos Humanos pidió que se le respetarán sus garantías como candidato. Sin embargo el Tribunal Electoral señaló que no se trata de un concepto vinculante y optó por no acatarlo.
Fernando Haddad es un político considerado joven y con experiencia en sectores intelectuales y académicos de Brasil. No es precisamente formado en las bases del Partido Popular y al parecer tampoco era la primera opción de Lula para ser su fórmula en las elecciones, sin embargo fue elegido tras la negativa de sus cercanos aliados.
Haddad es parte de una familia de inmigrantes libaneses, nació en Sao Paulo en 1963 y entró a la política cuando estaba estudiando en la universidad, en épocas en las que Brasil salía de la dictadura militar.
Fue ministro de Educación durante el gobierno de Lula entre 2005 y 2012. Al terminar su gestión se lanzó a la Alcaldía de Sao Paulo en donde resultó victorioso y ocupó el cargo hasta 2017 luego de perder la reelección.
En ese momento se vinculó de manera más estrecha a los planes del exmandatario para volver a la presidencia de Brasil, se convirtió en uno de sus voceros y lo visita regularmente en la cárcel en Curitiba, en donde se cree que le ha ayudado en sus estrategias para enfrentar a la justicia.