Científicos kenianos aseguran haber descubierto dos vacunas contra el ébola
Actualmente se hacen estudios para detectar si tiene efectos secundarios en el cuerpo del ser humano.
Un grupo de científicos kenianos asegura haber descubierto dos vacunas contra el ébola, que se están probando en seres humanos para comprobar si tienen efectos secundarios, informa hoy el diario The Standard.
Los investigadores, que pertenecen al Instituto de Investigación Médica de Kenia (Kemri), llevan a cabo pruebas en el este del país para evaluar la seguridad de las vacunas, que se emplearían contra dos cepas diferentes del virus del ébola.
"Queremos investigar cómo responde el sistema inmunológico del cuerpo a estas vacunas", explicó uno de los científicos del equipo, Josephat Kosgei.
La segunda fase del estudio arrancó en marzo de 2017, con 122 participantes que recibieron ambas vacunas.
Ahora, los científicos esperarán otros seis meses para comenzar a analizar los datos recabados.
El director del laboratorio donde se están probando las vacunas en el occidental condado de Kericho, Fredrick Sawe, aseguró que este estudio es un "logro" en la búsqueda de una vacuna contra el ébola.
"Para saber que la vacuna contra el ébola está funcionando, necesitas dársela a una comunidad que tiene ébola", aseguró.
El ébola ha vuelto a reactivarse en las últimas semanas en el noroeste de la República Democrática del Congo (RDC), donde un brote ha causado ya 12 muertes confirmadas -un número que asciende a 25 si se tienen en cuenta todos los fallecimientos con síntomas de la enfermedad- y 35 casos positivos.
Este brote de ébola, detectado en principio en zonas rurales y que después alcanzó el área urbana de Mbandaka, es el noveno que golpea a la República Democrática del Congo desde que se descubrió el virus en 1976 en este país, cuando entonces se denominaba Zaire.
En la RDC se está llevando a cabo una campaña de inmunización en la que se está utilizando la vacuna experimental rVSV-ZEBOV, probada ya en Guinea Conakri tras la epidemia de 2014 a 2016.
La enfermedad -que se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados- causa hemorragias graves y puede tener una tasa de mortalidad del 90 %.
Sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.
La peor epidemia de ébola conocida se declaró en marzo de 2014, con los primeros casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea Conakri, desde donde se expandió a Sierra Leona y Liberia.
La OMS marcó el fin de la epidemia en enero de 2016, después de registrarse 11.300 muertes y más de 28.500 casos, aunque ha admitido que estas cifras podrían ser conservadoras.