Jackie Chan y su posible retiro del cine de acción
El actor de 63 años sabe que ha llegado el momento de renovarse o de morir en la industria del cine, y parece que por ahora ha optado por la primera de esas dos opciones.
A sus 63 años recién cumplidos, Jackie Chan siente que ha llegado el momento de reciclarse a nivel profesional, dejando a un lado sus filmes cargados de escenas de pelea para mostrar al público una nueva faceta interpretativa en proyectos como "The Foreigner", en el que colabora con Pierce Brosnan dando vida a un padre en busca de venganza tras la muerte de su hija.
"Soy consciente de que ya no soy un jovencito. No puedo seguir rodando "Hora Punta", parte uno, dos, tres, cuatro, cinco... Si quiero seguir en la industria, tengo que renovarme, de otra manera simplemente desapareces. Es algo que se ve muy a menudo en Japón, Corea, China e incluso América. ¿A cuántas estrellas de acción les hemos perdido la pista? Solo unas pocas consiguen establecerse y seguir trabajando", explica con un punto de tristeza en una nueva entrevista a la revista GQ.
Uno de los motivos que ha llevado al mítico actor a plantearse la posibilidad de un cambio de registro antes que protagonizar una jubilación anticipada ha sido la imposibilidad de seguir cumpliendo el riguroso entrenamiento al que se mantiene fiel desde sus años de juventud en la Escuela China de Arte Dramático.
"Te levantas a las cinco de la mañana y empiezas a entrenar. Nunca nos quitábamos los zapatos, ni siquiera nos daba tiempo. Era un tipo de entrenamiento muy duro, mucho. Horas pegando miles de puñetazos, ¡500 golpes! Pa, pa, pa, pa, pa. Y después te girabas y dabas otros cuantos de cientos. Y otra vez a la izquierda y otros tantos", recuerda en la misma conversación, en un inglés algo oxidado después de pasar más tiempo de lo habitual en China por motivos profesionales relacionados con sus múltiples negocios fuera del séptimo arte.
Por otra parte, el veterano artista también hace gala de un gran desencanto cuando habla de las actuales franquicias de acción, copadas por las producciones de superhéroes en las que se valora más el físico de los protagonistas que su habilidad para las artes marciales o su capacidad para realizar sus propias escenas de riesgo.
"Las nuevas estrellas de acción no saben cómo pelear, y eso es porque pueden usar efectos especiales, como Spider-Man. Cualquiera puede ser Spider-Man. Uno de los miembros de mi equipo ha sido el doble de Wonder Woman. Son ellos los que se encargan de dar los golpes y después Gal Gadot vuelve, perfecta y preciosa, y se limita a estar ahí parada. ¡Ja! Eso es muy fácil", lamenta.