Las Farc se quejan por plata
Dicen que no tienen dinero en toneladas. Y si lo tuvieran mantener a una tropa militar de 7.000 hombres les vale. El dinero se les acaba, coinciden algunos.
Tienen comida enterrada en caletas en medio de la selva, reconoce a Caracol Radio ‘Walter Mendoza’, comandante del Octavo Frente de las Farc que opera en Valle, Tolima, Cauca y Nariño. Pero alimentar a una tropa de 7.000 hombres armados les vale y los víveres escasean.
Aunque cultivan papa, yuca, y algunos campesinos les regalan vacas o comida, las Farc, al menos en estas regiones del país, tienen claro que desde que dejaron de secuestrar (su principal negocio y entrada) el panorama financiero cambió y la costumbre del derroche quedó en los libros de su historia.
“La plata se está acabando. No sé qué pasará. Nosotros no queremos presionar a la gente, pero no sé hasta cuándo podamos aguantar”, dice el ‘Sargento Pascuas’, el guerrillero más antiguo de las Farc, quien se pasea casi jubilado por la Alvira, en Buenos Aires, Cauca, hasta donde llegó Caracol Radio.
No están pobres. Ni arruinados, pero ya hay un fuerte rumor al interior de las Farc y es que el dinero no está para repartirlo ni lanzarlo al aire.
Ante esto, desde hace más de un año las Farc no invierten en compra de armamento. El dinero lo están destinando en comida, en propaganda política y en vestimenta nueva para sus nombres que lucen modernos y de colores.
En Cauca- por ejemplo- la guerrilla insiste en cobrarle impuesto o ‘vacuna’ a los compradores de coca en la región. Exigen hasta 120.000 pesos por kilo avaluado en 2 millones y medio de pesos, según el comandante Walter Mendoza.
“No se lo cobramos a los campesinos que siembran, sí a los que la compran”, aclara.
Pregunta
-Pero, en Bogotá dicen que en Cauca la coca se ha reducido, le pregunta Caracol Radio.
-“Jum…”, responde. E invita a que se observen las faldas de las frondosas montañas desde Santander de Quilichao hasta la Alvira, donde permanece el campamento. O las del Naya, región de indígenas y afros que conecta con el Pacífico donde se mueve fuertemente el pulpo negocio del narcotráfico, unas finanzas repletas que ceros que las Farc consideran podrían pasar a manos del ELN o del Clan del Golfo después de que la guerrilla salga de las zonas. O por qué no, de los indígenas o afros que prometen armarse en guardias indígenas, cimarrones y palenqueras (afros) y no dejarse mandar por ningún grupo alzado en armas.
‘Jaime’, coordinador logístico del Bloque Alfonso Cano de las Farc, cuenta que tienen reservas financieras y que las comunidades les ayudan. Pero reconoce que no sabe hasta cuánto durarán.
Estima- según sus cálculos- que el dinero que poseen puede alcanzarles a los guerrilleros del Tolima, Valle, Cauca y Nariño para vivir bajo limitaciones seis meses porque por cada unidad de 12 hombres necesita casi 9 millones de pesos mensuales. Por esto, la urgencia de que se finiquite el proceso de paz con las Farc para empezar a recibir ayudas, proyectos productivos y la mesada individual a cada guerrillero para que al menos vivan por su cuenta dos años y la responsabilidad no recaiga en la organización.
“Después de seis meses no sé qué pase. Tendrá que mantenernos económicamente el Gobierno o los organismos internacionales”, cuenta ‘Jaime’.
“Dicen que nosotros tenemos encaletados 100.000 millones de dólares. Eso es mucho dinero. Si tuviéramos toda esa cantidad hubiéramos ganado la guerra”, concluye el comandante ‘Walter Mendoza’ (quien por fin se muestra a la prensa), mientras revisa las provisiones de comida en el campamento de la Alvira, en Cauca.