La Habana avanza; Bogotá retrocede

En menos de 72 horas –entre jueves y domingo-- se produjeron dos importantes y alentadoras noticias desde La Habana y, paradójicamente, en ese mismo tiempo hubo el más duro choque político en simultaneo desde cuando se instalaron las negociaciones, por los motivos que el fondo mantienen dividido al país: la paz. Y esto confirma lo que han dicho lo analistas: nada nos divide más que la paz y nada nos aproxima más, que la guerra.

Los acuerdos del jueves con las Farc sobre el blindaje jurídico a los acuerdos era de los temas más difíciles de explicar y sustentar por parte de Gobierno y guerrilla y más duros de asimilar y entender por el ciudadano del común que hasta ahora empieza a oír de manera permanente de términos como “acuerdo especial”, “bloque de constitucionalidad”, “blindaje jurídico” o “convenios de Ginebra” (1949). Sin embargo, lo que se acordó para darle solidez a los acuerdos tienen al menos dos elementos sustanciales para el futuro del proceso: destraba una de las partes más complejas del tramo final de las negociaciones, y le resuelve al presidente un problema de celos y resistencias con sus aliados en el Congreso. El Centro Democrático se opondrá como es obvio y la senadora Claudia López tal vez deje las debidas constancias de su desacuerdo.

La otra noticia desde Cuba es muy importante porque sería otro paso más que dan las Farc para querer estar en la vida política y enviar mensajes a los organismos de derechos humanos que los observan: la entrega de los menores de edad que están en sus filas. Este es el anuncio más dilatado por parte de las Farc pues desde enero de 2014 habían hecho anuncios sobre la exclusión de menores de 15 años, desde el programa de Hora 20 desde La Habana.

Este es un tema delicado de manejar. Reclutar menores de 15 años viola el derecho internacional humanitario (acuerdos de Ginebra), pero para los grupos insurgentes en el mundo –casos de las guerras en África—esa tropa es clave. En el caso de las Farc tiene argumentos discutibles para tenerlos en sus filas: hijos de guerrilleros, niños sin opciones diferentes en el campo, víctimas de campesinos asesinados por los paramilitares y etc.

Nadie en el Gobierno sabe cuántos son como nadie sabe cuánta es la plata de las Farc. Extraoficialmente se habla de 21 menores de 15 años, que deberán recibir un tratamiento de protección especial para su regreso a la vida civil. Pero el grueso está en la franja de 15 a 18 años y eso podría explicar la demora en tomar la decisión. Algunos creen que pueden ir desde el 30% de la tropa hasta el 50%. De cualquier manera, es una desmovilización masiva la que se daría antes de dejar las armas.