Justicia

Los excéntricos bienes de Los Arroyave y La Oficina de Envigado

Están avaluados en $17.000 millones, son 18 y quedaron en poder del Estado. Caracol indagó sobre estas propiedades provenientes del narcotráfico.

Los excéntricos bienes de Los Arroyave y La Oficina de Envigado

Los excéntricos bienes de Los Arroyave y La Oficina de Envigado(Policía Nacional )

Pensaron que podrían quedarse con sus bienes 16 años después de su asesinato, pero la Policía Antinarcóticos y la Fiscalía General de la Nación les siguió la pista, los ocupó y les aplicó extinción de dominio. Miguel Arroyave, ex narcotraficante, fue asesinado por sus propios sicarios en 2004 cuando los paramilitares negociaban con el Gobierno Nacional la desmovilización. Y de él faltaban por intervenir $12.130 millones en lujos.

Su emporio económico fue atacado recién muerto, pero faltaba la estocada final: 16 propiedades encaletadas, escondidas, que su familia mantenía en secreto en Bogotá.

En total son cinco casas- una de ellas de gran extensión, ubicada en un exclusivo sector del norte de Bogotá (otras tres están ubicadas; cinco vehículos de gama media y alta, dos sociedades (de inmuebles y construcción), además de cuatro establecimientos comerciales de ropa, ubicados en el norte y sur de la capital.

“Dentro de las actividades ilegales que quedaron al descubierto se estableció la compra y venta de bienes inmuebles a nombre de terceras personas, así como la utilización de distintas cuentas para transferir dineros producto de las actividades ilícitas del extinto Miguel Arroyabe”, le contó a Caracol Radio Ricardo Alarcón, subdirector de la Policía Antinarcóticos.

Martha Eda Cardozo Ospina, viuda de Miguel, quedó a cargo de los bienes que su esposo obtuvo por comercializar químicos para el procesamiento de cocaína y los maneja desde la cárcel.

Linda Tatiana Arroyave, una de las hijas del capo, vive en un lujoso apartamento ubicado sobre la Calle 120 con Carrera 18, norte de Bogotá, donde además purga casa por cárcel por los negocios que le extendió su padre. Y cuando fue abordada por uniformados de la Policía Antinarcóticos para informarle que las propiedades heredadas por Miguel pasarían a manos de la Justicia, se enfadó y lloró. “No es justo, esto es una persecución política…ya no podemos comprar nada porque todo es ilegal”, manifestó la mujer, según le contó un investigador de la Policía a Caracol Radio. ¿Este apartamento es suyo?, le preguntaron. Y ella dijo que no, que pagaba arriendo. 

Otro golpe

Otro de los golpes de la Policía Antinarcóticos fue a la Oficina de Envigado. Le allanaron una pomposa finca en Guarne, Antioquia, avaluada en $4.985 millones, de nueve mil metros cuadrados de amplitud. En su interior se escondía lo que jamás alguien, desde afuera, podía observar: canchas de tenis, golf, fútbol, piscina, salón de conferencias, casa de seguridad, picadero, caballerizas, jacuzzi, chimenea, pisos en madera, entre otros lujos.

“Desde afuera parecía un lote normal, no se veía nada porque lo cubría la vegetación. Adentro era otro mundo”, narró el investigador que llegó hasta la zona, y quien pidió reserva de su identidad. Los Geranios- como se llama la hacienda, en honor a la flor-, era una propiedad cuidada por una pareja de campesinos que le informaron a la fuerza pública que su labor era vigilar la hacienda, que los mandaba el patrón, pero no entregaron mayores características de sus jefes. Y menos hablaron de su ubicación.

“En esa finca se hacían grandes reuniones y se fraguaban hechos delictivos por parte de la Oficina de Envigado”, concluyó el coronel Alarcón. Los bienes- que solo quedan en el recuerdo y las fotografías de los capos- están en poder de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), que reemplazó a la Dirección Nacional de Estupefacientes.

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