La obesidad en edad escolar

Nos fijamos hoy en un problema al que Colombia no es ajeno, y que además provoca una especial sensibilidad al darse la paradoja de sufrir a la vez los dos casos extremos que son consecuencia de una mala alimentación infantil, es decir, la obesidad por malos hábitos alimentarios en edades escolares y la desnutrición por falta de alimento. Dos dramas sociales de diferentes causas pero con consecuencias negativas para la salud de los niños. Es sobre el primer aspecto del problema sobre el que hoy ponemos énfasis

La última encuesta nacional de situación nutricional (ENSIN), con una muestra de más de 50.000 hogares, ya nos ponía en alerta. Los datos arrojaban que uno de cada 6 niños y adolescentes presentaba sobrepeso y obesidad. En la calle nos encontraremos mil motivos para deducir por qué pasa eso que está pasando. Basta echar un vistazo a una tienda y ver las cantidades ingentes de golosinas, los incontables paquetes expuestos y las numerosas bebidas procesadas en el refrigerador, tentaciones constantes a la que muchos menores acaban cediendo ya sea por acción directa o por la intervención de un adulto. A eso debemos unir una menor lactancia, poca variedad en las dietas y tendencia al sedentarismo de los más pequeños enganchados a computadores y dispositivos electrónicos

El problema ha generado una preocupación mundial por el aumento de la obesidad infantil, ha incentivado en algunos sectores las campañas para aconsejar en hogares y colegios, ha promovido la educación hacia una alimentación saludable y, como en el caso que nos ocupa, ha procurado aumentar los mensajes para tomar conciencia de los factores de riesgo de una mala alimentación en nuestros hijos

En Colombia, país de “leyes”, existe una, la 1355 del 2009, donde se adoptan medidas al respecto para su control de atención y prevención. Volviendo a la encuesta ENSIN, vemos que uno de cada dos colombianos presenta sobrepeso, que el consumo diario nos mostró que uno de cada 3 colombianos no consume frutas, que el 71.9% de los colombianos no consume hortalizas o verduras, que uno de cada 7 colombianos no consume ni carne ni huevo al día, que uno de cada 4 consume gaseosas a diario, que uno de cada 7 consume productos de paquete diariamente, y que uno de cada 3 consume golosinas y dulce todos los días

Ahora repasemos otros datos que inciden igualmente en el problema y se relacionan con la obesidad y el sobrepeso: el 62% de los niños y adolescentes ven televisión y videojuegos por más de dos horas al día. Un estudio del England Journal of Medicine de 2007 señalaba que el 50% de los niños obesos mayores de 5 años continuarán siendo obesos en la etapa adulta, y que el 70% de los adolescentes obesos continuarán siéndolo en la madurez. Es un dato lo suficientemente contundente para prestarle toda la atención del mundo al problema si lo tenemos en nuestros hijos

La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, es por ello que se deben realizar campañas para manejar dietas saludables, reducir la ingesta de grasa, de azúcares, de sal, salsas y productos preparados. Debemos aumentar el consumo de frutas, verduras, hortalizas, cereales y frutos secos. El aumento de todos los problemas de salud que conlleva la obesidad conlleva también una carga económica para la salud pública, de ahí que las autoridades no deben ni pueden cruzarse de brazos

En países como EE.UU. las normas para las comidas escolares podrían resultar contraproducentes para una buena nutrición, señalaba un estudio que reflejaba que los requerimientos federales no limitaban el azúcar añadido ni los carbohidratos. Terrible. Los autores de dicho estudio recomendaron ampliar las normas federales para las comidas escolares para que incluyeran un aumento en la cantidad de granos integrales y productos de alimentos integrales servidos, además de limitar el azúcar añadido y los alimentos procesados. Y es que las comidas escolares tienen implicaciones significativas para la salud de los niños. Más de 30 millones de menores participan en los programas de desayuno y almuerzo escolar. Eso significa que las comidas escolares podrían conformar más de la mitad de las calorías que esos niños consumen a diario

La ley más reciente, ahora sí, obliga a que las comidas escolares tengan un 51 por ciento de granos integrales. La legislación también requiere que se ofrezcan más frutas y verduras a los estudiantes. Por otro lado, las grasas saturadas de las comidas escolares se deben limitar a menos del 10 por ciento del total de calorías. Los estudiantes deben beber solo leche al 1 por ciento o sin grasa. La leche con sabores debe ser sin grasa

Cuide mucho por tanto de lo que su hijo pueda estar comiendo en la edad escolar, su prevención de hoy será la salud de ellos en el mañana. (Fuentes John Hopkins University Bloomberg School of Public Health, news release, Nov. 18, 2014; estudio ENSIN Instituto de Bienestar Familiar; libro “El Método Sergio Rada”).