El valor de un amigo
Cuando se dice que un amigo es difícil de encontrar y de mantener, hay una experiencia social que lo certifica.
Un amigo es una persona que comparte muchos de nuestros ideales, que disfruta lo que disfrutamos y sufre lo que sufrimos; pero especialmente es una persona predecible; esto es, que sabemos qué esperar de él o ella en cada situación por venir y cuánto contar con él o ella
Pero las amistades son muy frágiles porque se atraviesan muchos obstáculos. Uno frecuente es que si ambos son hombres o mujeres entonces con frecuencia se distancian por culpa de alguien del otro sexo bien sea porque les gusta a los dos o porque aquel o aquella al hacer pareja con una de esas personas no se da la bienvenida con la otra
Si la amistad es entre dos que pueden ser pareja, qué difícil es entonces controlar la tentación de querer establecer esa nueva forma de relación para “asegurar” su permanencia y exclusividad
Pero si hemos mencionado que encontrar un amigo es bien difícil y mantenerlo lo es aún más; esa frase tendríamos que potenciarla para expresar lo muchísimo más difícil que es encontrar una buena pareja y mantenerla. Las amistades tienen unas reglas y unas expectativas mientras que las relaciones sentimentales tienen otras reglas y otras expectativas. Insistimos en que dos personas que se aman; y además, que cada una de ellas sea particularmente maravillosa; no necesariamente hacen una buena pareja sentimental; pero sí hubieran podido ser muy buenos amigos. Así, debemos cuidarnos muy bien de la tentación de hacer pareja sentimental con quien es nuestro amigo o amiga porque de no resultar viable esa relación, tampoco será fácil seguir siendo amigos
Las amistades, al igual que las relaciones sentimentales, no son desinteresadas; pues ambas partes deben obtener utilidades en el costo-beneficio y en áreas de interés subjetivo ya que de no ser así alguno desertará
La amistad de más riesgo es usualmente la que se propone después de un intento de relación sentimental en la que solo uno de los dos mantiene su sentimiento por el otro mientras que este último obtiene beneficios por otras razones
No perdamos a un amigo o amiga por darnos la oportunidad de tener una relación sentimental con él o ella; a menos que estemos seguros de que es bien alta la probabilidad de que esa relación sea viable.