A ratificar la grandeza / Opinión de Héctor Chávez

En los tiempos más recientes Independiente Santa Fe pareciera haber acostumbrado a sus seguidores a disfrutar de sus éxitos, a sentirse felices por sus grandes presentaciones, por su juego bonito, por su entrega, por sus goles, por verlo siempre en la parte alta de las tablas de los torneos que afronta. Toda una satisfacción

Santa Fe se había convertido en ese ‘santafecito lindo’ durante décadas, en el equipo que transmitía felicidad por ganar un clásico, por vencer al rival de turno en el último minuto; pero las cosas cambiaron, desde la dirigencia, con un César Pastrana paciente y conocedor del tema fútbol, con un Wilson Gutiérrez sabio y calmado, con un grupo de jugadores comprometidos y llenos de eso que llaman sentido de pertenencia. Ahora los momentos de alegría para los hinchas son más continuos y esto los llena de confianza, les permite mirar de frente a cualquier seguidor de otro club, los hace levantar los lunes con ánimo, con la cabeza alta, sin ningún tipo de complejo, por el contrario, con orgullo

Pero Santa Fe no ha perdido su esencia, esa garra de león, ese pundonor que en tiempos difíciles lo mantuvieron como un grande, sigue y seguirá siendo la Fuerza de un Pueblo, de un pueblo sufrido pero glorioso, fiel, leal y entregado a una camiseta que cada día está más llena, a un rojo y blanco que cada momento representan mejor la pasión y el coraje, pero también la pureza de un sentimiento que sobrepasa cualquier entendimiento

Cuando el inigualable crack de la camisa 10, don Omar Sebastián Pérez, como capitán del ‘expreso’ aseguró en la celebración del parque Simón Bolívar hace un año “Vamos por la octava”, las palabras se las pudo llevar el viento, la inmensa felicidad del momento, el ruido de la hinchada por ganar un título después de 36 años y medio pudieron hacer que nadie le pusiera cuidado, pero qué pronto se hicieron realidad las palabras del ‘pelado’. Santa Fe está de nuevo en una final, a las puertas de esa octava estrella, de eso que hace muy poco era una quimera y ahora es la realidad del día a día ‘cardenal’, ganar!La sana costumbre de enseñarse a ser triunfador, de volver a ser un equipo respetado por todos, dentro y fuera del país, de ser un equipo temido, de esos que ninguno se quiere encontrar como rival, porque se volvió a la mística de antaño, conlleva a que ya podemos influenciar con argumentos a nuestros hijos para que sean hinchas del rojo, porque ser santafereño vale la pena, es un estilo de vida y es tener una vida con estilo

Don Julio Arrastía Bricca decía: “Dime a quién le ganaste y te diré cuánto vale tu victoria” y este es el momento, ganarle la final al flamante Atlético Nacional, un club grande en historia y títulos, de nómina importante y reconocida, de excelente cuerpo técnico. Santa Fe está preparado, no tiene nada que envidiar al verde antioqueño, será una serie de toma y dame, atrás quedó la eliminación de Copa Libertadores, porque como se ha dicho siempre, el fútbol da revanchas cada ocho días y el equipo tiene una oportunidad inmejorable para borrar esa imagen del partido de Asunción, los errores están detectados y serán corregidos

Santa Fe deberá apelar en esta final a su santa fe, a su capacidad futbolística, a su entrega espiritual, al empuje de su afición, a su tradición, a su fuerza y tesón para sumar una estrella más en su escudo, esa que hace un par de años era toda una utopía, pero que ahora nos tiene a todos los santafereños… "loquito por ti, loco, loco; loquito por ti, por ti, por ti”.