Política

Así secuestraron a Nohora Valentina Nuñoz en Fortul Arauca

Durante todo el camino la niña lloraba, suplicaba y se tronaba los deditos (...), así recuerda Pilar Gutiérrez en momento en que secuestraron a su hija Nohora Valentina

“Durante todo el camino la niña lloraba suplicaba y se tronaba los deditos (...), y los secuestradores le decían que se callara” porque era peor, así recuerda Pilar Gutiérrez los cuatro kilómetros que recorrió en un carro cuando tres secuestradores la subieron a un carro rojo con su niña de 10 años. A los pocos minutos Pilar fue abandonada en un cruce de caminos y uno de los secuestradores le entregó un billete de 20 mil pesos para que pagara el pasaje de regreso hasta su casa. Otro de los secuestradores que hablaba permanentemente por teléfono diciendo que “ya la tenían”, le dijo a la madre que la vida de la niña dependía del alcalde, pero no le entregó ningún otro detalle, por lo que los padres pensaron que pronto serían contactados por los captores. Cuando a Pilar le ordenaron que se bajara del carro, ella pensaba que iba a regresar con la niña, por lo que se bajo tranquilamente, en ese momento el carro arrancó

El alcalde Jorge Enrique Muñoz recuerda que lo último que le dijo su niña fue que le tenía que comprar unos zapatos nuevos porque los que le acababa de brillar ya le estaban quedando apretados. Ese día, la niña no desayunó bien porque quería llegar al colegio media hora antes de la clase. Se despidió de su papá y salió en la moto con su mamá Pilar hacia el colegio ubicado a pocas cuadras. A los 10 minutos, Jorge Eliécer Muñoz salió corriendo al hospital porque una vecina llegó corriendo a su casa para decirle que a Nohora y a Pilar las había atropellado un carro. Cuando llegó al hospital, donde antes trabajaba, no encontró ninguna emergencia por lo que sintió que la niña y su esposa habían muerto en el accidente. Un amigo lo llevó corriendo en una moto, en pantalonera y sin escoltas hasta el colegio, donde ya había una aglomeración de gente asustada que entregaba diferentes versiones de lo que había pasado. Una vez hubo claridad de los hechos, en medio del intenso movimiento militar y de policía el alcalde llegó a su casa. Como había salido corriendo no tenía llaves, por lo que se quedó parado en la puerta hasta que llegó su esposa Pilar tratando de contar en medio del llanto lo que había pasado. Si bien esta familia repite hasta el cansancio que no tenían amenazas directas, hace dos meses intentaron sacar la niña para Tauramena, Arauca, para que viviera con su abuela apartada del conflicto que se siente en cada calle de Fortul. Jorge Muñoz explica que la niña no soportó estar lejos de él y de Pilar por lo que la volvieron a traer. A diferencia de Angie, la hermana mayor, que vive en Bogotá con otros familiares. Los escoltas del alcalde, dos muchachos jóvenes, llevaban a la niña al colegio y a las clases de Joropo, pero a ella le molestaban las bromas de los compañeritos por tener seguridad y según Jorge Muñoz le suplicó que le quitara a los guardias

Los Muñoz Gutiérrez llegaron a este pueblo hace 12 años cuando a Jorge le ofrecieron una oportunidad de trabajar como medico en el hospital público y abandonó La Guajira junto con Pilar. En las pasadas elecciones se presentó como candidato del Polo a la alcaldía de Fortul. Durante los últimos años han vivido en arriendo en una casa grande de la calle principal del pueblo. Compraron el lote contiguo a la casa para construir una propia pero todavía no han empezado la obra. Según habitantes del municipio la situación de orden público había estado relativamente tranquila hasta hace un mes, después del paro armado. Durante el mes de septiembre han estallado varias granadas y un soldado fue asesinado

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