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Un final feliz para el par de leones que fueron recuperados de un circo en Bogotá

A seguir con la estirpe felina. Esa es la misión que tienen Pumba y Nala, un par de leones hermanos que vivieron en carne propia el encierro, la desnutrición y el estrés en un circo en Bogotá

Un final feliz para el par de leones que fueron recuperados de un circo en Bogotá

A seguir con la estirpe felina. Esa es la misión que tienen Pumba y Nala, un par de leones hermanos que vivieron en carne propia el encierro, la desnutrición y el estrés en un circo en Bogotá. Tras un año y cuatro meses de rehabilitación en el zoológico del parque Jaime Duque, la Secretaría de Ambiente dio luz verde para que el par de leones se reproduzcan. Mientras Nala se quedará en el Jaime Duque para conquistar a Duque, el león emblemático del zoológico, Pumba fue trasladado el pasado 29 de marzo al zoológico de Barranquilla, donde será el rey de la selva, o mejor, de la costa

Allí, dos leonas africanas lo esperan para procrear varias camadas de pequeños felinos. Según los veterinarios del zoológico costeño, la presencia de Pumba es clave, ya que el único león macho con el que cuentan está castrado

“Según los veterinarios del Jaime Duque, el par de leones ya están listos para seguir con su estirpe. Luego de varias conversaciones, la SDA visitó el zoológico de Barranquilla, donde constató que Pumba podrá desplazarse por amplias zonas verdes e imponerse como el rey de la manada”, dijo Juan Antonio Nieto Escalante, Secretario Distrital de Ambiente

Los días de estrés, hacinamiento, desnutrición y dolor que vivieron este par de leones en el Circo Nacional de los Muchachos ya terminaron. Sin embargo, según Nieto, “el proceso fue largo, debido al trámite legal, los descargos y la búsqueda de un lugar apropiado”

A finales de 2008, la SDA logró decomisarlos preventivamente al circo, y los trasladó al Jaime Duque para la rehabilitación. En julio de 2009, Orlando Valencia, dueño del circo, fue declarado culpable por realizar actos de crueldad; el castigo fue el decomiso definitivo

Nieto Escalante manifestó sentirse satisfecho con este proceso. “Logramos arrebatarle al par de leones a su dueño, quien les causó traumatismos y heridas físicas. Luego, debido a la gestión del Jaime Duque, se curaron, subieron de peso y se rehabilitaron. Ahora seguirán con su normal ciclo de la vida”

De cachaco a costeñoEl lunes 29 de marzo, funcionarios de la SDA y del zoológico de Barranquilla se desplazaron hacia el Jaime Duque con el propósito de dormir a Pumba, y llevarlo rumbo a la Costa Atlántica

A eso de las 4 p.m., mientras Nala rugía nerviosa por tanta gente, Pumba recibió el primer dardo con anestesia. Sin embargo, el somnífero no fue suficiente, por lo cual tuvieron que aplicarle dos más. Faltando un cuarto para las 5:00 p.m., Pumba cayó. En cuestión de segundos, nueve personas ingresaron a su jaula, para envolverlo en una malla de 2,2 por 1,9, metros, en la cual lo transportarían hacia un camión

Primero pasó por la báscula. Pesó 180 kilogramos, 40 más que cuando llegó a las instalaciones del zoológico. Luego, le tomaron las pruebas de sangre. Con un palo, que entrelazaron con la malla, cuidadores, veterinarios y estudiantes cargaron a Pumba. A las 5:30 p.m., el león, que todavía rugía, fue examinado al frente de un camión Ford modelo 70, el cual lo llevaría hasta el aeropuerto ElDorado; dos estudiantes examinaron sus pulsaciones cardiacas por más de una hora

A las 6 p.m., mientras el sol daba sus últimos rayos, Pumba fue introducido en un guacal metálico de 2,4 metros cuadrados y cerca de 200 kilogramos, en el cual estaría hasta llegar al zoológico de Barranquilla

Pumba durmió todo el trayecto desde el Jaime Duque hasta la zona de carga de ElDorado, sitio al que llegó a las 8 p.m. Dos horas después, cuando ya estaba dentro del avión de carga, el león terminó su larga siesta

El vuelo despegó a las 2 a.m., y llegó a la capital del Atlántico a las 4. Una hora después, varios veterinarios del zoológico lo recogieron, para luego valorarlo y presentarle a sus nuevas compañeras, un par de leonas africanas con las cuales se espera se pueda aparear

Un león sin garrasLa historia de Pumba es digna para el guión de una película, y no exactamente rosa. Este león, junto con su hermana Nala, desde cachorros hacían parte del show de animales del Circo Nacional de los Muchachos, el cual hizo presencia en Bogotá el 7 de noviembre de 2008 en la calle 100 con Autopista Norte

Cuando se bajaba el telón, el par de felinos eran trasladados a una jaula oxidada compartida de 2,2 metros de largo por 1,7 de ancho. El espacio reducido y la mala alimentación hicieron estragos en el par de fieras; por estrés, se golpeaban sus cabezas con los barrotes de su cárcel hasta sangrar, ocasionando cicatrices en sus frentes

Mientras Nala a duras penas se podía estirar y caminar, Pumba retozaba, pero no de llenura. Debido a una mala operación cuando le extirparon sus garras delanteras, el león, que lucía opaco y desganado, cojeaba. Según los veterinarios del Jaime Duque, Pumba tenía una esquirla en su pata derecha, la cual aún no le permite moverse con facilidad

El dueño del circo aseguró que les daba entre 15 y 20 libras de carne cada dos días. Sin embargo, los huesos salidos eran evidencia de lo contrario; en el circo Pumba pesaba 140 kilos; ahora engordó a 180

Esta pesadilla terminó el 18 de diciembre, cuando la SDA se llevó a los leones al Jaime Duque, donde empezaron su proceso de rehabilitación. Pumba pasó al quirófano, pero no pudieron sacarle la esquirla. Los exámenes coprológicos de ambos indicaron la presencia de parásitos intestinales

Los leones pasaron a una zona de 880 metros cuadrados, con varios elementos de madera similares a los de un parque infantil. Mientras Nala dormía la mañana en su cubículo de 33 metros cuadrados, Pumba hacía ejercicio en el parque. No podían estar juntos, para evitar que se reprodujeran y dañaran la estipe familiar

A diario, en el zoológico, los felinos fueron alimentados día de por medio con 12 kilogramos de carne de caballo y pato, además de huesos y piel. La cabeza del equino era el plato favorito de Pumba

Debido a la ausencia de las garras, a Pumba se le dificultó desgarrar la carne; sin embargo se las arregló, y en cuestión de meses, devoraba sin problema

Adiós al miedoCuatro meses después de la incautación, técnicos de la SDA visitaron a los leones. El cambio fue sorprendente. Cero cicatrices, pelo brillante, rugidos, altos brincos y una buena masa corporal. Pumba ya no cojeaba y Nala arrasaba con toda la carne

El miedo a la gente que tenía Pumba había quedado en el pasado. Los veterinarios del zoológico aseguraron que el león entraba en pánico cuando veía a alguien con sombrero, probablemente porque le recordaba los años de abuso en su juventud por parte del entrenador, cuando a punta de látigo era la atracción principal del circo

“Al ver la evolución del par de leones, empezamos a gestionar zoológicos que pudieran adoptar a alguno para reproducirse. Debido a los años traumáticos en el circo, y por la falta de garras de Pumba, una liberación en su hábitat natural es imposible, ya que los otros leones lo matarían”, aseguró el Secretario de Ambiente

Así termina el ciclo para este par de leones. Primero fueron sacados de su hábitat natural para entretener a los asistentes de un circo; luego lucharon incasablemente para recuperar sus instintos animales. Ahora, podrán comportarse como lo que son: un par de fieras africanas que deben reproducirse. Seguramente, sus crías tendrán una mejor suerte, y por qué no, correrán por las extensas llanuras africanas

Secretaría Distrital de Ambiente

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