Testimonio desgarrador de una víctima de maltrato infantil
Los asistentes a la celebración del Día Mundial de la Prevención del Abuso contra los Niños, quedaron impactados después de escuchar el testimonio de una de las víctimas. Con lágrimas en los ojos, las personas presentes en el Museo Nacional aplaudieron insistentemente, luego de la narración de un cuento en el que María Victoria Zambrano relataba en tercera persona la historia de su vida.
Los asistentes a la celebración del Día Mundial de la Prevención del Abuso contra los Niños, quedaron impactados después de escuchar el testimonio de una de las víctimas. Con lágrimas en los ojos, las personas presentes en el Museo Nacional aplaudieron insistentemente, luego de la narración de un cuento en el que María Victoria Zambrano relataba en tercera persona la historia de su vida.La ausencia de su madre y las continuas borracheras de su abuelo, que venían acompañadas de vociferaciones y golpes a las puertas, son apenas el principio de un testimonio que se multiplica por miles en Colombia.Contando cómo su abuela le pedía que no se quejara continúa este cuento, que no se parece al de las princesas y las hadas. Aunque al estilo de los malvados padrastros, en este caso el novio de su madre también terminó convirtiéndose en uno de los temidos de la historia. María creció y las miradas, caricias y abrazos de aquel personaje, que al principio se veía tan gentil, ya eran bastante incómodas. María seguía callando. Los sentimientos de esta joven estaban encontrados, mientras otro pariente que vivía con ella la invitaba a jugar al caballito. Los presentes en el auditorio Teresa Cuervo Borda pasaban saliva mientras escuchaban cómo María expresaba no entender por qué si era un juego ella no se divertía y sumida en el silencio pasaba los días, hasta que una pelea en su casa la llevó a hablar con una profesora que se había convertido en su confidente. Sólo en ese momento María comprendió lo que sucedía. Más vale tarde que nunca, recita el viejo adagio. Así concluyó el relato de esta mujer que dejó atrás aquella etapa de la infancia, pero no las enseñanzas que le quedaron del dolor: "María actualmente recuerda sus vivencias de otra manera. Todas aquellas experiencias injustas de vida que pudieron llevarla a un precipicio sin fondo se convirtieron en su impulso para salir adelante y para demostrarse así misma cuánto valía y cuánto debía amar su cuerpo y su corazón. Hoy es abogada y el evitar que otros niños repitieran su historia se convirtió en un importante propósito de su existencia.María hoy trabaja con los niños y por los niños, por esa causa que tiempo atrás vio perdida y que hoy la llena de esperanza y de fé en el otro, con una perspectiva diferente de vida que quiere trasmitir a su hija y a otros jóvenes que se forman en este mundo complejo y difícil, a veces demasiado duro para quien empieza a vivir.Lo que más le marcó de todo su dolor fue el silencio... por eso lo rompió y hoy cuenta su historia para que no se escriban más historias como ésta. María soy yo", dijo María Victoria Zambrano Ibarra, una de las miles de víctimas de los flagelos contra los niños.



