Botero cumple 90 años y estos son 10 datos curiosos de su vida y obra
Caracol Radio tendrá una transmisión especial desde la Plaza Botero de Medellín.
Antioquia
El maestro nacido en Medellín tiene muchas historias que contar en su onomástico número 90, y por tanto seríamos hasta injustos si solo encasillamos 10 hechos. Esta compilación, subjetiva y aventurada, propone 10 momentos imprescindibles de la carrera del pintor colombiano.
1. La familia: El maestro perdió a su padre cuando tenía 4 años. Su madre, una matriarca antioqueña de oficio costurera y su tío, levantaron a tres hijos.
2. La vocación: El tío visionó para Fernando una carrera en la tauromaquia, pero al ver el maestro los toros fieros, mejor resolvió ser pintor.
3. Las migraciones: El maestro salió de Medellín hacia Bogotá para hacer su primera exposición. Las críticas lo hicieron trisas en su momento y se aisló del mundo por unos meses en el pueblo de Tolú.
4. Fernando el estudiante: Llegó a España en un barco. Se instaló en Barcelona y luego en Madrid, en donde se enlistó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En la capital de España vivía al frente del Museo del Prado.
5. Fernando en Italia: Se fue para Florencia, la ciudad de Miguel Ángel. Por ese entonces, el maestro se dedicó a ser copista de grandes obras de la humanidad.
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7. El momento más difícil: el maestro se radicó en Estados Unidos en donde estaba de moda el pop-art. Como él era un artista figurativo, no le fue bien. Pasaron hambre. Los cuadros se los compraban a 10 dólares.
8. Fernando el pintor famoso: Es de los únicos artistas en el mundo en hacer exposiciones de sus esculturas en los Campos Elisios de París, en Florencia y en Nueva York.
9. La pintura más cara: Botero ha vendido obras con un valor exorbitante, una de ellas es una serie de cuadros que tienen un costo de 18 millones de dólares, es algo así como más 670 mil millones de pesos.
10. La donación a Medellín y Bogotá. A finales de la última década de los 90 el maestro le propuso a estas dos ciudades hacer una donación. Ya había hecho algunas donaciones de pinturas para el Museo de Antioquia y el Banco de la República, pero esta donación era monumental.
En Medellín comenzó un lío porque el maestro puso una condición: que sus obras tuvieran un lugar digno. Una arquitecta hizo una recolección de firmas y con la gestión de los mandatarios de turno llegaron las obras.
Inicialmente iban a ser 18, luego que 20 y finalmente se instalaron 21 obras. Allí nació la Plaza Botero con las obras que estuvieron antes en sus más importantes exposiciones y el Museo de Antioquia que hoy es su templo.