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Con letreros ajados por el viento se identifican venezolanos en Cali

Alrededor de 13.000 migrantes, según el censo o 40.000, según el alcalde, viven del rebusque en la ciudad

Con letreros ajados por el viento se identifican venezolanos en Cali

Con letreros ajados por el viento se identifican venezolanos en Cali / Foto Caracol Radio Cali

Valle del Cauca

Tres viejas sillas plásticas se han convertido en la base para la operación rebusque de tres venezolanos que hacen parte de la comunidad de inmigrantes de ese país que siguen llegando como por una vena rota a las calles de Cali. Lo hacen por la terminal de pasajeros en el norte de la ciudad y se derraman, con su cargamento de necesidades, buscando en los cruces, en los semáforos, en las arterias principales, la oportunidad de pedir una ayuda económica.

Lo hacen con cartones, cartulinas, con un aviso claro; “soy venezolano, salí de mi país por la situación. Necesito de tu colaboración para poder subsistir. Dios te Bendiga”, remata el aviso, con el cual hombres, y mujeres, casi todos no mayores de cuarenta años, buscan la oportunidad de contar primero con alimentos, luego con un techo y después con una oportunidad para trabajar, para demostrar que no vinieron a hacer daño a la ciudad. Llegamos a Cali por necesidad, pero queremos seguir hacia el sur del continente, dicen quienes están al frente de la terminal de pasajeros de Cali, en el andén de la Unidad Residencial Santiago del norte, esperando que el bus, que periódicamente moviliza Migración Colombia, los desplace hacia el sur del continente, a la frontera con Ecuador, buscando seguir hacia el Perú y Chile.

Mientras tanto, los tres taburetes ahora son utilizados por tres jóvenes que con tijera en mano convirtieron su necesidad en una destreza. Son peluqueros callejeros.Cortan el cabello a quienes han llegado a la terminal de pasajeros y quieren mejorar su presencia. El corte, da lo mismo, el pelo bien corto , para que dure la mayor cantidad de tiempo posible hasta la próxima oportunidad que podrán visitar al barbero, para una "motilada".

Los venezolanos que siguen llegando a Cali, en un promedio de 300 por día, lo hacen por la terminal de pasajeros. Todos los que están en su andén exterior esperan la llegada del siguiente bus que los lleve gratis a otro destino. Mientras esperan su transporte, con sus maletas a hombros, pasan el día y la noche. Allí duermen, allí esperan la mano solidaria de los caleños que les llevan alimentos, una oportunidad de trabajo y como muchos lo relatan, hasta los han contratado para robarles sus sueños de una nueva vida. Los han dejado sin sus pocas pertenencias, porque los han robado.

En Cali, según las autoridades hay censados 13.169 venezolanos; sin embargo, el alcalde Maurice Armitage asegura que ese es un subregistro, porque el número está entre 40.000 y 60.000, para quienes el arzobispo de Cali Monseñor Dario de Jesus Monsalve, reclama la solidaridad y la declaratoria de emergencia social, medida que no se aplicará en la ciudad, donde no hay un albergue para atenderlos, mientras esta noche miles de ellos seguirán durmiendo en andenes y parques.

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