Familia de exalcalde habla de milagro y monta centro para atender traumas
Omaira Buitrago de Vargas, exgestora social de Bucaramanga relató en Caracol Radio la odisea que han vivido para sacar adelante a su hijo, víctima de un accidente hace 8 años.
Bucaramanga
Luego de 8 años de un accidente que le causó la pérdida de la movilidad de sus extremidades inferiores, Fernando Vargas Buitrago, hijo del exalcalde de Bucaramanga, Fernando Vargas, volvió a caminar.
Un revelador testimonio de Omaira Buitrago de Vargas, madre del joven dio cuenta del proceso que ha dado para que la familia de Fernando haya montado un centro para el tratamiento de traumas cerebrales en la avenida González Valencia con carrera 28 de Bucaramanga.
La exgestora social de Bucaramanga relató que una vez sucedió el accidente en su casa de Ruitoque Condominio, la familia se movilizó para buscar a los mejores especialistas del mundo.
También se acondicionó un espacio de rehabilitación en la casa campestre para la terapias de Fernando narró doña Omaira, impulsora de obras sociales.
A medida que Fernando iba recuperando la sensibilidad se seguían tocando puertas y visitando lugares de peregrinación en todo el mundo.
La esperanza de la familia Vargas los llevó hasta el santuario de la Virgen de Medugorje en la región sur occidental de Bosnia Herzegovina.
Un día, doña Omaira decidió traer los equipos de rehabilitación a una sede de Bucaramanga y pronto empezaron a llegar familias pidiendo atención para sus hijos, la mayoría, víctimas de accidentes de motocicleta.
"Un señor que tiene una venta de dulces fue quien corrió la voz para que la gente llegara al centro" narra doña Omaira.
La familia Vargas Buitrago decidió sacar los permisos ante las autoridades de salud y ahora el lugar se conoce como Neurotrauma Center, una especie de "teletón" donde se brinda apoyo a los bumangueses y a muchos pacientes que llegan incluso desde el exterior.
Hoy, Fernando da los primeros pasos y la comunidad humilde de Bucaramanga tiene un centro a donde acudir.
Doña Omaira montó un oratorio en homenaje a la virgen de Medugorje en una casa del barrio Diamante II donde se concentran los feligreses el dos de cada mes.



