Los pueblos desolados del Chocó
Hay comunidades indígenas, afrodescendientes, que están desoladas. Sus pobladores se fueron antes de terminar en medio de los enfrentamientos entre el Ejército, el ELN, los urabeños y hasta las Farc.
No se puede dormir en paz. Y menos a orillas del río San Juan, en el Chocó, donde cada isla pertenece a un grupo al margen de la ley, y quien la pise está en problemas.
1.500 familias- más de 3.000 personas entre ancianos, mujeres y niños- anochecieron y no amanecieron en Pichiná, Santa María Tangala, Tangala, Quebrada, Togoromá, Charambirá, entre otros pueblos del Litoral. Cogieron lo que alcanzaron y huyeron. Atrás quedaron sus casas en madera, en su mayoría de dos pisos, desde donde se divisa la inmensidad de la selva y la fuerza con que se mezcla el río San Juan con el mar Pacífico, corredor estratégico para mover droga desde Colombia hacia Panamá, Estados Unidos e incluso Europa.
Los pobladores se cansaron de los bombardeos de la Fuerza Aérea- dice Luis Enrique Abadía, defensor del Pueblo de Chocó-, que corretea a guerrilleros del Frente de Guerra Occidente del ELN. También de los enfrentamientos entre 'elenos' y hombres del frente Libardo García de las Farc. Y no podían faltar las disputas a muerte por terreno con hombres- en su mayoría de piel oscura- de Los Urabeños (en la zona no les dicen Clan Úsuga porque los Urabeños siempre han operado).
Cada banda, cada frente guerrillero es "dueño y amo" de una isla. Y la Armada, a través de la Fuerza Naval del Pacífico controla la zona por agua porque en la región no hay carreteras.
Caracol Radio conoció que en el área, quien esté en el agua, corre algún grado de peligro. Desde las playas les disparan y los ataques son a muerte. Los pobladores quedan en el medio. Ese es el temor. Esa es la razón del desplazamiento.
“Hay desplazamientos intraveredales, la gente tuvo que abandonar sus casas. La situación es muy difícil, esperamos que haya garantías de seguridad y ayuda humanitaria para que la gente retorne a sus territorios”, contó el defensor Abadía. “Hay cuatro comunidades indígenas y afros…”, añadió.
La Defensoría del Pueblo - que llegó hasta la zona - dijo que 94 familias se desplazaron hasta Docordó, principal cabecera del litoral. Y las otras, terminaron refugiadas en veredas aledañas.
El general Javier Díaz, comandante de la Fuerza Titán del Ejército, dijo que en la zona opera la Fuerza Naval del Pacífico, entre otros grupos de operaciones.
“Buscamos bríndale protección a la población civil y lograr la captura de estos delincuentes tanto de las bacrim como del ELN”.
El oficial agregó que la zona es compleja, “es un área selvática, se la disputan el ELN, bacrim, Farc, los territorios de movilidad del narcotráfico”.
Desde el Litoral de Pacífico se mueve droga por el río San Juan, el río Docordó. De allí sale para Centro América y Asia. La selva les permite a los hombres armados esconderse, mover droga y hasta traficar ilegalmente armas.
Este viernes, Defensoría del Pueblo, Personería, Ejército, Policía y Armada se reunieron en Docordó a analizar la problemática. En el 2014 otro desplazamiento masivo se registró en la zona. En la época peleaban las Farc, el ELN, Los Urabeños, Los Rastrojos y La Empresa, los dos últimos los desplazaron- como a los pobladores- de la zona.