Tuchín entre la sequía y la escasez de comida
La Alcaldía y Gobernación se unen para mitigar la calamidad pública decretada en la zona.

Tuchín entre la sequía y la escasez de comida(Caracol Radio)
De 38 mil habitantes pertenecientes al reguardo indígena Zenú, en Tuchín-Córdoba, 1200 son niños. Hoy toda la población pide urgente, ayuda para mitigar los impactos del Fenómeno de El Niño, problema climático por el que la alcaldesa Norys Hernández, decretó la calamidad pública.
A la Gobernación de Córdoba, le pidieron abastecimiento de agua pero aún los carrotanques no llegan a la zona.
Por medio de la gestión del Cacique territorial, Dairo Blanco, el Cacique Mayor, Eder Espitia y la administración municipal; se han conseguido tanques con capacidad para abastecer de dos galones diarios a cerca de 300 familias por corregimiento, aunque los pobladores consideren que no es suficiente.
“en mi familia somos 25 personas, esos dos galones son apenas para hacer la sopa y se acaban, necesitamos al menos 10 galones”, manifiesta Miguel Peñate, habitante del pueblo.
Norys Hernández, asegura que le preocupa que a causa del consumo de agua no tratada en las zonas rurales, tenga que enfrentar en su pueblo una calamidad de salud pública.
“De los pozos de donde se sacaba el agua para algunos sectores, ya no queda nada solo hay pequeños charcos con agua verde” sostuvo la mandataria.
No hay hambruna, pero podríamos llegar a padecerla
No solo es la falta de agua lo que hoy preocupa a los tuchineros, también les resulta angustiante ver como la sequía acaba con los cultivos de yuca, ñame, maíz, arroz; productos que son sembrados por ellos mismos para sustentar a sus familias. La comunidad advierte que no están en hambruna pero que si no se buscan soluciones a lo que hoy enfrentan quizás si lleguen a anunciar la falta absoluta de alimentos. Este año se han perdido casi 2 hectáreas por producto en cada familia que siembra.
Actualmente las familias tienen que desplazarse desde sus veredas o corregimientos hasta el mercado que se encuentra en el casco urbano para comprar lo que van a comer, y pagando precios que señalan altos, por ejemplo una libra de arroz pasó de 1200 a 1700 pesos.
No hay niños con desnutrición hasta la fecha según lo indica la alcaldesa, pero sí unos padres de familias temerosos a que la sequía siga acabando poco a poco el sustento de sus hijos.



