Comunidades de La Esperanza exigen puente por crecientes en el río San Alberto
La quebrada bloquea el paso por horas y afecta a 35 veredas.

Comunidades de La Esperanza exigen puente por crecientes en el río San Alberto. / Foto: Cortesía.
Norte de Santander.
En el municipio de La Esperanza, Norte de Santander, las comunidades rurales insisten en la urgencia de construir un puente sobre la quebrada La Lejía, cuyo desbordamiento frecuente afecta a miles de habitantes.
Así lo denunció Ramón Peñaranda, concejal de este municipio, quien asegura que la situación se ha repetido durante años sin que ninguna administración haya dado una solución definitiva.
Según el concejal, la creciente súbita de esta quebrada, afluente del río San Alberto, paraliza el tránsito vehicular y peatonal durante tres a cinco horas cada vez que llueve.
Esta situación impacta directamente a entre 3.000 y 4.000 campesinos de al menos 35 veredas y tres corregimientos, quienes dependen de este corredor para acceder al casco urbano.
“Se afectan los niños que bajan a estudiar, los profesores que suben a las escuelas rurales, los lecheros y agricultores que llevan sus productos a los mercados de San Alberto y La Pedregosa. Incluso ambulancias quedan detenidas”, advirtió.
Frente a la falta de respuestas, la personería del municipio instauró una acción popular contra el departamento, el municipio y la Nación, buscando que un juez obligue a la construcción del puente.
De acuerdo con Peñaranda, las comunidades están mostrando la problemática “dándole auge” y evidenciando que se trata de una necesidad urgente que sienten a diario.
El concejal aseguró que, pese a los insistentes llamados, las entidades no han avanzado en el proyecto.
“La Unidad de Gestión del Riesgo ha venido tres veces. Toman fotos, llevan evidencia, pero nunca vuelven y no hay ningún proyecto montado”, señaló.
Recordó que el problema no solo afecta a La Esperanza, sino también a veredas de Ábrego, en Norte de Santander, y de San Alberto, en el Cesar.
“Son tres municipios y dos departamentos afectados, pero no se ha visto ninguna gestión real”, dijo.
Ante la ausencia de soluciones institucionales, la misma comunidad ha organizado bazares para intentar reunir recursos, aunque reconocen que el monto necesario supera sus capacidades. Peñaranda cuestionó la propuesta de instalar una “macapuente”, calificándola como una medida temporal. “Eso es un parche de agua caliente. No es la solución para esta necesidad”, afirmó.
Las comunidades reiteran su llamado a los gobiernos municipal, departamental y nacional para que coordinen esfuerzos y avancen en la construcción de un puente vehicular que permita garantizar el tránsito en esta zona fronteriza entre Cesar y Norte de Santander.



