La figura estratégica que sostiene la experiencia de Jon Urrutia
Empresario gastronómico y restaurador en 2025

Ser empresario gastronómico hoy significa dirigir una compañía con alma: hay que cuadrar números sin apagar la chispa del servicio. En un entorno de costos volátiles, cadenas de suministro frágiles y clientes más exigentes, la figura del restaurador se convierte en estratega integral. No solo opera salas y cocinas; diseña conceptos, crea cultura, asegura estándares, negocia con proveedores y conduce marcas que deben ser rentables, memorables y replicables. Esa síntesis explica por qué perfiles como el de Jon Urrutia se vuelven referencia: combinan visión empresarial, formación sólida y rodaje operativo real en América Latina y Estados Unidos. Su reconocimiento como Premio Tacarigua “Empresario y restaurador gastronómico 2024” enmarca una trayectoria que dialoga con las demandas del sector actual.
Liderar equipos, leer los márgenes
La primera tarea del restaurador moderno es liderar equipos y supervisar operaciones con foco en resultados medibles. En la experiencia de Urrutia, este binomio se tradujo en la gerencia general de Arró Bistró y Casa Urrutia en Panamá, donde la planificación, la toma de decisiones y la gestión diaria se sostuvieron con reportes de resultados y control de indicadores, la única forma de alinear hospitalidad con rentabilidad.
Él mismo resume este frente operativo, con una consigna sencilla: “Liderar equipos y supervisar operaciones”, apoyada por “planificación, toma de decisiones y gestión del restaurante”; una declaración que, más que título de cargo, funciona como método. “La experiencia del huésped comienza mucho antes de sentarse y termina mucho después de pagar.” Esa idea guía la orquestación diaria: recepción, cocina, barra, reservas, costos, compras y experiencia posventa. El empresario gastronómico que no encadena esos puntos pierde margen y reputación.
De la sala a la estrategia: el restaurador como consultor
El oficio ya no termina en la puerta del local. La consultoría se ha vuelto una extensión natural del trabajo de un restaurador con mirada sistémica: optimización de procesos de RR. HH., formación de liderazgo, diseño y ejecución de proyectos estratégicos, y metodologías para elevar productividad y colaboración. En la práctica de Urrutia, este componente consultivo se formalizó en Panamá entre 2022 y 2024, y cristaliza una tendencia: los mejores operadores convierten lo aprendido en playbooks que otros negocios pueden aplicar. “Un manual vivo vale más que una idea brillante: se prueba, se mide y se mejora.” Así se transforman buenas prácticas en estándares, y estándares en escalabilidad.
Cadena de suministro y expansión: donde se juegan los márgenes
La cocina más creativa naufraga si la compra, la importación y el posicionamiento de producto fallan. Urrutia ha trabajado la columna vertebral del supply: gestión de compras e importaciones, marketing y posicionamiento, manejo de fondos e inversión. En mercados sensibles a la logística y al tipo de cambio, esa alfabetización financiera y comercial es la diferencia entre un concepto bonito y un negocio sostenible.
Su paso por operaciones internacionales y su dominio de inglés, italiano y francés, además del español, refuerzan la capacidad de negociar, estandarizar y abrir plazas en entornos multiculturales.
El salto cualitativo del restaurador ocurre cuando deja de pensar en “el restaurante” y empieza a gestionar una organización. Desde 2024, Urrutia ejerce como Director of Food Operations en Doggi’s Arepa Bar (USA), rol que implica dirección estratégica y liderazgo organizacional, supervisión de operaciones, presupuestos y desempeño, cumplimiento normativo y de estándares de seguridad, salud y calidad, además de liderar reuniones ejecutivas y empujar iniciativas de marketing y crecimiento. Ese es el tablero real donde hoy se juega la restauración escalable.
La base jurídica: decidir mejor bajo presión
Una formación jurídica aporta lectura de riesgo, comprensión contractual y disciplina de procedimiento. En la trayectoria de Urrutia, el título de abogado por la Universidad Central de Venezuela (2013) convive con la exigencia del servicio y la presión del turno. Ese cruce explica su capacidad de trabajar bajo presión y mantener la orientación al cliente sin perder el control del negocio.
El empresario gastronómico y restaurador del mundo actual es un integrador. Convierte visión en procesos, procesos en cultura y cultura en resultados. La experiencia de Jon Urrutia —de la gerencia operativa en Panamá a la dirección organizacional en EE. UU., pasando por consultoría y dominio de cadenas de suministro— ilustra el perfil que necesita la industria: liderazgo que siente el servicio, mente financiera que mide la promesa de marca y disciplina para sostenerla en cada turno. Si algo deja claro su recorrido y su reconocimiento reciente es que, en gastronomía, la excelencia no es un momento: es un sistema que se prueba todas las noches.




