12 horas en el sótano del Palacio de Justicia: la historia de una sobreviviente de la toma
Habla en 6AM María del Carmen Castro, mujer que trabajaba en la cafetería en la Corte Suprema en 1985 y sobrevivió al holocausto.

12 horas en el sótano del Palacio de Justicia: la historia de una sobreviviente de la toma
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La Toma del Palacio de Justicia, en Bogotá. Operación Antonio Nariño (Colprensa)
La toma del Palacio de Justicia del 6 y 7 de noviembre de 1985 marcó una ruptura decisiva en la historia judicial de Colombia. El asalto del M-19 y la violenta retoma militar dejaron cerca de cien muertos, once desaparecidos y un incendio que destruyó valiosa documentación.
La muerte de once magistrados y la pérdida de jurisprudencia significaron un colapso institucional. Adicionalmente, como señaló el Centro Nacional de Memoria Histórica, la reconstrucción de la Corte interrumpió debates esenciales sobre derechos humanos.
Desde entonces, la justicia opera con mayor cautela, pese a los avances introducidos en 1991. En este contexto y a 40 años de estos hechos, Carmen Castro, mujer que trabajaba en la cafetería en la Corte Suprema, pasó por 6AM para relatar cómo vivió esta tragedia.
¿Cómo vivió Castro la toma del Palacio?
María del Carmen Castro recordó que, hace 40 años, cerca de la hora de la Toma, estaba a pocas cuadras del Palacio de Justicia antes de iniciar su jornada en la cafetería del sótano, donde preparaba el café para magistrados y empleados.
Castro contó que ingresó a las 6:00 de la mañana y trabajó allí hasta cerca de las 11:15, cuando salió rumbo al Ministerio con su hijo de 9 años y una compañera, llamada Magalys Arévalo, instantes antes de la irrupción guerrillera.
De esta manera, permaneció atrapada desde la mañana hasta casi las 7:00 de la noche, aproximadamente 12 horas, cuando finalmente fue rescatada por el Ejército. “Nosotros no vimos gente, yo no vi gente, solo que se disparaban”, agregó.
¿Cómo fue la salida del Palacio?
Castro recordó que, antes de la irrupción guerrillera, compartía la cafetería con varios compañeros que habían bajado a tomar café, entre ellos empleados del Consejo de Estado y de la Sala Laboral.
Estaba en el costado norte esperando a Magalys cuando entró un camión y tuvo que refugiarse con su hijo de 9 años y otros trabajadores; permanecieron encerrados en la cafetería hasta la noche, en medio del miedo y la oscuridad, creyendo que serían atacados.
Finalmente, cerca de las 7:00 de la noche, el Ejército los evacuó por el parqueadero y luego los trasladó a la Casa del Florero. “En el sótano, cuando salimos, estaba oscuro. Ya no había luz, porque esa luz se fue como desde las 13:00 h de la tarde, cuando empezó el primer incendio que hubo en el sótano de los carros”, afirmó.
Asimismo, comentó que los sacaron por la Octava, por el parqueadero, e hicieron dos intentos para sacarlos, porque no dejaban de disparar en el costado norte.
“Fuimos por allá a bajar a la 19 para coger nuestro transporte. Salimos mejor dicho todos llenos de cenizas, del pelo chuto, del humo, del agua, negritos, negritos. La gente en el bus nos miraba”, dijo.
Los recuerdos de Castro trabajando en la Sala Plena
Castro recordó que su historia estuvo marcada por colegas queridos, como Beatriz Moscoso, que murió en el Palacio. También rememoró cómo en la Sala Plena aprendió a atender a los magistrados.
“Ya con mi experiencia, ahí los atendí, ya me familiaricé con ellos y todos muy queridos, excelentes. De todos los honorables tengo un recuerdo especial, porque todos eran especiales”, añadió.
Finalmente, la mujer relató que con nervios iniciales, se convirtió en la más joven del equipo y terminó apreciada por todos. Además, evocó debates intensos, cuya firmeza y brillantez la impresionaban, describió el ambiente como respetuoso tras cada discusión.




