Cómo reducir el riesgo de enfermedades cerebrales para mejorar calidad de vida, según New York Times
Los cambios en el estilo de vida deben comenzar en la mediana edad, aunque nunca es tarde para incorporarlos.

Imagen de referencia vía Getty Images. / Andrew Brookes
En la vejez, el accidente cerebrovascular, la demencia y la depresión suelen manifestarse de manera conjunta, aunque puedan parecer enfermedades independientes.
De esta manera, por medio de un análisis difundido por ‘The New York Times’, elaborado por la periodista de salud Nina Agrawal, se reveló que estas tres condiciones comparten un mismo origen: el daño en los pequeños vasos sanguíneos del cerebro.
Esta investigación, desarrollada por el Hospital General de Massachusetts y el Brain Care Labs, destacó la importancia de abordar este problema desde una perspectiva preventiva.
La doctora Sanjula Singh, investigadora principal, explicó que el vínculo entre estas enfermedades se debe a factores comunes como la hipertensión, la diabetes y otros hábitos de riesgo que afectan directamente la salud vascular.
El estudio, que reunió datos de 59 metaanálisis internacionales, subrayó que los cambios en el estilo de vida tienen un rol decisivo. Según los hallazgos, más del 60% de los accidentes cerebrovasculares, el 40 % de los casos de demencia y hasta un 35 % de la depresión en la vejez podrían prevenirse o retrasarse con medidas adecuadas.
¿Qué factores protegen y cuáles aumentan los riesgos?
El estudio identificó seis hábitos que actúan como protectores del cerebro. Entre ellos se encuentran el consumo moderado de alcohol, la estimulación cognitiva mediante lectura o rompecabezas, una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, pescado, lácteos y frutos secos, la práctica regular de actividad física, el mantenimiento de un propósito vital y el fortalecimiento de una red social amplia.
Estos factores contribuyen no solo a retrasar el deterioro, sino también a mejorar la calidad de vida en la adultez mayor. En contraste, se señalaron trece elementos que incrementan de manera significativa el riesgo de problemas cerebrovasculares, demencia y depresión.
Entre ellos destacan la hipertensión, el exceso de peso, el colesterol y la glucosa elevados, los síntomas depresivos, las dietas cargadas de carnes rojas y azúcares, la pérdida auditiva, la enfermedad renal, el dolor crónico, las alteraciones del sueño, el tabaquismo, el aislamiento social y el estrés.
¿Por dónde empezar para cuidar el cerebro a largo plazo?
Los expertos coincidieron en que la hipertensión es el factor de riesgo más determinante para la salud cerebral, ya que casi triplica la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular.
Por otro lado, un estudio publicado en ‘Nature Medicine’, que analizó a más de 34.000 pacientes en China, reveló que mantener la presión arterial bajo control puede reducir en un 15 % el riesgo de desarrollar demencia.
La doctora Alison Moore, jefa de geriatría y cuidados paliativos en la Universidad de California en San Diego, recomendó una estrategia integral que combine una alimentación saludable, ejercicio regular y, cuando sea necesario, medicación.
Adicionalmente, resaltó que ejercitar cuerpo y mente en compañía potencia los beneficios, al sumar el efecto protector del contacto social. Por su parte, la doctora Stephanie Collier recordó que los cambios en el estilo de vida deben comenzar en la mediana edad, aunque nunca es tarde para incorporarlos.
Finalmente, hay que destacar que incluso quienes presentan predisposición genética o antecedentes familiares pueden retrasar o atenuar el avance de estas enfermedades.



