Innovación en Salud

Brechas en salud: un reto urgente en Colombia

Desigualdad en acceso, falta de médicos y atención rural precaria exigen soluciones inmediatas.

En 2019, las enfermedades no transmisibles —como cardiovasculares, renales, cáncer o respiratorias— causaron más del 74 % de las muertes en Colombia. El Ministerio señala que la prevención, los diagnósticos tempranos y el tratamiento adecuado son fundamentales para controlar esta carga. | Foto: Pexels

En 2019, las enfermedades no transmisibles —como cardiovasculares, renales, cáncer o respiratorias— causaron más del 74 % de las muertes en Colombia. El Ministerio señala que la prevención, los diagnósticos tempranos y el tratamiento adecuado son fundamentales para controlar esta carga. | Foto: Pexels

En Colombia, el acceso equitativo a los servicios de salud sigue siendo un desafío teniendo en cuenta la población a atender: a junio de 2025, el Sistema Integrado de Información de la Protección Social (SISPRO) registró que 51.7 millones de personas se encuentran afiliadas, de las cuales 27.1 millones dependen del régimen subsidiado, vital en territorios vulnerables.

Es que las brechas son profundas. Por ejemplo, de acuerdo con el Índice de Salud Rural 2024, el promedio de mortalidad infantil en zonas urbanas es de 12 por cada 1.000 nacimientos, no obstante, en departamentos como el Chocó o Guainía esta cifra llega a los 30, evidenciando temas como la dispersión geográfica y los largos tiempos de traslado a hospitales que afectan la atención oportuna.

De hecho, el mismo informe registra que en promedio apenas 12 de 520 municipios tienen coberturas por encima del 50% en toma de mamografías, una cifra preocupante teniendo en cuenta que el cáncer de mama registra una alta tasa de mortalidad en el país.

Paradójicamente, el Plan Decenal de Salud Pública 2022–2031 ya había advertido que la equidad territorial debía ser prioridad, con énfasis en modelos diferenciales para comunidades rurales y étnicas.

El talento humano, un recurso concentrado

El Sistema de Evaluación y Calificación de Actores de la Salud detectó que en 2024 se generaron 1.728.069 reclamos, de los cuales el 60 % se atribuye a problemas como negación o falta de oportunidad en citas, entrega incompleta de tecnologías y demoras en atención. | Foto: Caracol Radio

Para Augusto Galán, exministro de Salud y director de Así Vamos en Salud, uno de los principales problemas es “la ausencia de talento humano en muchos municipios, donde no hay registro de médicos ni de enfermeras”.

Según datos oficiales de esa organización, para el 2024, de 520 municipios, sólo tres —Santafé de Antioquia y Abejorral en Antioquia y Córdoba, en Bolívar— cuentan con más de 100 médicos por cada 10.000 habitantes, mientras que 116 cuentan con uno.

Galán enfatiza que la equidad en salud depende no solo de hospitales, sino también de factores sociales: “Educación, agua potable, saneamiento básico, seguridad alimentaria y vías terciarias son centrales para que la población tenga estándares de salud adecuados”.

Es que, en muchas zonas rurales de Colombia, las deficiencias en servicios básicos intensifican los problemas sanitarios. Según el Índice de Salud Rural, sólo el 41,1 % de los municipios tiene acceso a alcantarillado mientras que el 39 % presenta cobertura de agua potable considerada baja o crítica.

Además, la cobertura de telemedicina y atención a enfermedades como la depresión en esas áreas no supera el 1 %, lo que obstruye la prevención, el diagnóstico oportuno y agrava las inequidades.

Para el experto, el modelo de atención debe ser integral: “No es solo consulta básica, es integrar la salud con la comunidad. Se requieren sistemas de información interoperables y telemedicina en los territorios” asegura.

El exministro advierte, además, que sin cambios en la formación de médicos y enfermeras, seguirá siendo difícil garantizar atención en las zonas apartadas: “Hoy los profesionales se forman en las grandes ciudades y pocas veces regresan a los municipios rurales”.

Experiencias desde el territorio

Colombia tiene solo 2,2 médicos por cada 1.000 habitantes, frente al promedio de la OCDE de 4,6. | Foto: Pexels

La experiencia en terreno confirma este panorama. Ricardo Barrero, director de la Fundación Manos Pintadas de Azul, organización dedicada a desarrollar programas de salud para comunidades vulnerables que ha beneficiado a más de 32.000 personas en zonas de difícil acceso mediante brigadas médicas, expresa que “llevamos salud gracias a 500 voluntarios, entre médicos y especialistas, que atienden consultas, realizan procedimientos menores y entregan medicamentos”, siendo este un ejemplo de cobertura.

Las brigadas también cumplen una labor pedagógica. “Muchas comunidades desconocen sus derechos en salud. Les enseñamos cómo acceder a su EPS y cuáles son las rutas de atención. Este desconocimiento retrasa diagnósticos y agrava enfermedades prevenibles”, advierte.

La fundación, además, ha identificado que las problemáticas cambian según la región: en San Andrés y Providencia predominan la obesidad y enfermedades de la piel; en zonas internas, los problemas están ligados a la falta de agua potable, lo que incrementa las enfermedades gastrointestinales.

Iniciativas como esta dependen en gran parte de alianzas con entidades privadas, fuerzas militares y donaciones; y demuestran que, además de apostarle a la cobertura, es necesario establecer un sistema lo suficientemente flexible para adaptarse a las particularidades propias de cada territorio.

Formación y retención de médicos, un reto estructural

El país dispone de apenas 1,9 camas por cada 1.000 habitantes, mientras la media en la OCDE es de 4,3 camas. | Foto: Getty Images / Cunaplus_M.Faba

Desde la academia el diagnóstico es similar. Luis Jorge Hernández, director de investigaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, asegura que “hace falta una planeación completa del talento humano en salud para el país. No hay incentivos para que médicos y especialistas se queden en territorios rurales”.

Según Hernández, países como Bolivia y Chile han implementado planes exitosos, pagando posgrados a médicos a cambio de permanecer cinco años en zonas apartadas, con incentivos de vivienda y manutención. “Colombia sigue en deuda con políticas de este tipo”, sostiene.

Además, Hernández advierte que existe un desequilibrio en la formación: “Necesitamos más enfermeras, odontólogos, médicos familiares y especialistas en salud mental. Hoy, el 80% del talento humano en Colombia es tercerizado e informal, lo que precariza la profesión”.

Sin un plan integral de formación y retención, continúa, será difícil alcanzar estándares de países OCDE en cobertura de salud.

Modelos con enfoque comunitario

Según el último informe de la Contraloría sobre el sistema de salud, la deuda acumulada del sector es de 32,9 billones de pesos, haciéndolo financieramente insostenible: por cada $100 que reciben, las EPS gastan $110. | Foto: Pexels

Hernández, que además es doctor en Salud Pública también enfatiza en el fortalecimiento de la atención primaria. “El modelo de atención no debe centrarse en hospitales, sino en visitas a hogares, rancherías y escuelas, resolviendo el 80% de la morbilidad en el ámbito comunitario”, explica.

En zonas indígenas, este modelo debe tener un enfoque intercultural, articulando la medicina occidental con los saberes tradicionales, una tarea en la que ya hay avances pues “el Sistema Integral de Salud de Población Indígena ya incorpora consejeros espirituales y líderes comunitarios como primer contacto”, añade.

Por su parte Galán coincide en la necesidad de redes integrales que aseguren continuidad desde la prevención hasta la rehabilitación. “El reto es conectar equipos formados en los mismos territorios y aprovechar la telemedicina para superar las barreras de distancia”, apunta.

Para ambos expertos, la integración público-privada podría ser clave para garantizar sostenibilidad y universalidad en la atención.

Hacia un modelo más equitativo

Cerrar las brechas en salud exige más que hospitales. Se necesita talento humano distribuido con equidad, redes comunitarias sólidas, inversión en determinantes sociales y un modelo integral que garantice atención digna tanto en Bogotá como en las zonas más apartadas del país.

Como lo resume Ricardo Barrero: “La Colombia urbana es muy distinta a la rural. Pero cualquiera puede ayudar a cambiar esa realidad. Si más personas, fundaciones y empresas se unen, lograremos cerrar esas brechas”.

El siguiente artículo se está cargando

Caracol Radio
Directo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad