ESAP capacitó a habitantes de Calamar para prevenir la explotación sexual infantil
Se explicó cómo identificar señales de alerta, qué rutas de atención existen y, qué puede hacer cada actor

Escuela Superior de Administración Pública (ESAP)
Cartagena
En Calamar, Bolívar, un pueblo ribereño de casas bajas, calles tranquilas y memoria de puerto antiguo, las tardes ya no son iguales. Desde hace unos meses, el paso de un lujoso crucero fluvial, el AmaMagdalena, ha puesto a Calamar en el radar del turismo internacional. Visitantes llegan desde distintos rincones del mundo para navegar por el canal del Dique y el río Magdalena. Con ellos, uno de los riesgos más sensibles del turismo descontrolado: la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes.
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“Queremos turismo, sí. Pero no a cualquier costo”, dice Édinson Hernández, líder afro del municipio. Lo dice con convicción, mientras observa cómo en el muelle los niños juegan entre la curiosidad y la rutina. A su alrededor, líderes sociales, prestadores de servicios turísticos y funcionarios locales acaban de salir de una jornada especial. Una capacitación que no habla de guías ni de rutas ecológicas. Habla de otra ruta: la de la prevención de la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes (ESCNNA).
La Escuela Superior de Administración Pública (ESAP), a través de su territorial Bolívar, Córdoba, Sucre y San Andrés, llegó a Calamar para encender una alerta a tiempo. “Cuando un destino se abre al mundo, también se abren ciertas puertas que no queremos”, dice Paola López, capacitadora de la ESAP. Durante la jornada, se explicó cómo identificar señales de alerta, qué rutas de atención existen y, sobre todo, qué puede hacer cada actor, desde un guía turístico hasta una madre de familia, para evitar que el turismo deje heridas invisibles.
Las cifras respaldan esta preocupación. Según la Policía Nacional, en 2023 se reportaron 1.493 casos de explotación sexual y el 80 % de las víctimas son niñas y adolescentes. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) ha documentado más de 1.700 casos similares entre 2019 y 2023. Y Medicina Legal registró, ese mismo año, más de 13 mil exámenes por presunto abuso sexual a menores. En Bolívar ocurrió el 4 % del total de casos en el país.
La alerta es real. Pero también lo es la respuesta. “Esta capacitación nos muestra qué debemos observar, qué debemos frenar y cómo debemos actuar. No todo lo que brilla con el turismo es bueno. Hay cosas que se ven como oportunidades, pero que pueden poner en riesgo la integridad de nuestros niños”, asegura Rocío Payares, vocera de la Secretaría de Educación del municipio y quien también asistió a la capacitación.
Este ejercicio de la ESAP no es aislado. Desde la Dirección de Capacitación de la Territorial, se han realizado jornadas similares en Cartagena, El Carmen de Bolívar y San Pelayo, Córdoba; además, se tiene prevista una nueva intervención en el municipio de María La Baja. Esta es una apuesta por fomentar la conversación en distintas zonas que, por sus dinámicas turísticas o sociales, deben prepararse ante el riesgo de la ESCNNA.
Karina Martínez, directora territorial, define este esfuerzo como parte de una misión de la entidad con el desarrollo responsable de los territorios. “No hay transformación verdadera si no protegemos lo más básico: la niñez. Esta jornada en Calamar y otros territorios es apenas un paso, pero queremos replicarlo en todos los municipios que empiezan a recibir turismo. La prevención no puede esperar”.
La invitación de la ESAP es clara: gobiernos municipales y departamentales, entidades del sector turismo y organizaciones de base comunitaria pueden articularse con la Escuela para llevar estas jornadas a donde se necesiten. Porque en Calamar, como en muchos otros rincones del país, el turismo debe ser una oportunidad y nunca una amenaza.




