Sincelejo avanza en la “Paz Consciente”: modelo que transforma a 1.500 jóvenes que eran pandilleros
El Alcalde Yahir Acuña lideró una audiencia pública con testimonios de jóvenes que abandonaron la violencia mediante educación emocional y oportunidades concretas.

Jóvenes en Paz, estrategia de la Alcaldía de Sincelejo.
Sincelejo
En un Teatro Municipal José Luis Quessep repleto de historias de superación, el alcalde Yahir Acuña inauguró la primera audiencia pública del programa “Paz Consciente”, una iniciativa pionera de reconciliación comunitaria que actualmente beneficia a 1.500 jóvenes que abandonaron las pandillas.
El evento marcó un hito en la estrategia municipal que combina acompañamiento psicosocial con oportunidades reales de reinserción.
La jornada comenzó con la intervención del rector de la Universidad Colegiatura, Julio Salleg, quien redefinió el concepto de paz ante cientos de asistentes.
“Si seguimos mirando la paz como algo lejano, justificamos la violencia de hoy. La paz comienza en cada uno”, afirmó el académico, estableciendo el marco filosófico del programa. Su discurso resonó especialmente entre los exlíderes pandilleros presentes, cuyos rostros reflejaban décadas de conflicto y nuevas esperanzas.
Frente a este auditorio cargado de simbolismo, el alcalde Acuña enfatizó el compromiso institucional con procesos transformadores. “Estos jóvenes han tomado la decisión más valiente: cambiar. Como Estado, debemos ofrecerles caminos concretos para que no vuelvan atrás”, declaró el mandatario.
Destacó casos exitosos del programa Jóvenes de Paz, donde antiguos pandilleros ahora estudian, trabajan, emprenden o aspiran a ingresar a la Policía Nacional. “Desde la ciudad de la muerte estamos construyendo la ciudad de la vida”, proclamó, generando una ovación espontánea entre los presentes.
Modelo único en el Caribe
El modelo, único en la región Caribe, opera mediante tres componentes estratégicos: formación en inteligencia emocional certificada por la Universidad Colegiatura, capacitación técnica en liderazgo comunitario y acceso a becas, microcréditos y convocatorias laborales gestionadas por la Alcaldía.
Durante la audiencia, varios beneficiarios de los sectores más vulnerables del norte y sur de Sincelejo compartieron sus testimonios. Uno de ellos, identificado como Miguel para proteger su identidad, relató cómo pasó de comandar una banda a dirigir un taller de bicicletas que emplea a otros cuatro jóvenes en proceso de reintegración. “Si me soltaba la calle otra vez, volvía la violencia. Aquí encontré herramientas y afecto”, confesó ante el auditorio visiblemente conmovido.
La estrategia representa un cambio de paradigma en las políticas de seguridad, priorizando la prevención sobre la represión. “La paz no se impone, se cultiva. No basta con desarmar las manos; hay que desarmar el corazón”, insistió Acuña, revelando planes de expansión.
En julio iniciará una segunda cohorte para 500 nuevos beneficiarios, mientras se gestiona financiación plurianual con el Ministerio del Interior. Adicionalmente, se adelantan negociaciones con el sector privado para establecer pasantías y programas de primer empleo.
Caso de estudio
El modelo de Sincelejo está atrayendo atención nacional como caso de estudio en reintegración efectiva. Según análisis preliminares, el 78% de los participantes activos mantienen ocupación estable y cero reincidencia delictiva después de doce meses. Estas cifras contrastan con los altos índices de recaída en programas tradicionales, demostrando que las soluciones basadas en desarrollo humano pueden ser más efectivas que las meramente punitivas.
Mientras los asistentes abandonaban el teatro, muchos llevaban consigo más que certificados o contactos laborales: la convicción de que el cambio social, aunque complejo, es posible cuando se aborda desde múltiples dimensiones.
La Administración Municipal ha anunciado que convertirá estas audiencias en encuentros trimestrales, estableciendo así un espacio permanente de rendición de cuentas y construcción colectiva de paz. Para Sincelejo, otrora estigmatizada por la violencia, este programa representa no solo una política pública, sino la reivindicación de su potencial como ciudad modelo de transformación social.




