De promesas incumplidas a calles destruidas: el barrio la Floresta de Ibagué clama por atención
Los habitantes de este sector comercial de la ciudad piden que les respondan por los daños ocasionados por la fallida construcción del puente de la calle 60 con Quinta.

Barrio La Floresta
Ibagué
Ubicado en la comuna 9 de la capital tolimense, el barrio La Floresta ha evolucionado de ser un sector tradicional a convertirse en un referente comercial. Situado en la llamada Milla de Oro, su oferta incluye una variada gastronomía, boutiques, almacenes de calzado, droguerías y bares. Sin embargo, el barrio que en su fundación llevó el nombre de Carrenales enfrenta hoy un notable abandono de su histórica cancha, que en el pasado fue un punto de referencia para los futbolistas aficionados de Ibagué.
“Atrás quedaron los tiempos en que el Deportes Tolima venía a entrenar aquí”, recuerda Fabiola Peñaloza, presidenta de la Junta de Acción Comunal de La Floresta desde hace más de 20 años. Para ella, el barrio lo es todo, y ver su desarrollo la llena de orgullo, aunque reconoce que ha sido una labor titánica gestionar recursos para el beneficio de la comunidad sin pertenecer a un “comité de aplausos”, como denomina a quienes la administración municipal favorece en las interventorías de la ciudad para el arreglo de la malla vial, el alumbrado, el acueducto y el alcantarillado, entre otros.
Según Peñaloza, un grupo inversionista dedicado a la formación de jóvenes talentos futbolísticos ha tomado las riendas de la cancha de Carrenales, lo que podría permitir su recuperación. La expectativa es que vuelva a convertirse en un espacio propicio para el deporte, pues su abandono había generado preocupación entre los habitantes por el aumento en el consumo de estupefacientes.
El impacto del viaducto inconcluso
Otra de las problemáticas que enfrenta La Floresta es el llamado ´viaducto fantasma de la calle 60´ dijo Gonzalo Guatavita, vecino del sector, quien señaló que este megaproyecto fue prometido por el exalcalde Andrés Fabián Hurtado en su último año de mandato con el objetivo de descongestionar el tráfico en la zona.
“Lo único que hicieron fue destruir la malla vial y acabar con el comercio del sector. Hasta yo me vi perjudicado. Hice una fuerte inversión en mi vivienda porque una de las cadenas de panaderías más importantes de la ciudad iba a abrir un nuevo local allí, pero todo se vino abajo cuando la administración dejó las obras inconclusas”, precisa Guatavita.
Por su parte, Peñaloza se siente burlada y engañada. “Hasta una cinta me hicieron cortar en un espectáculo organizado por el exalcalde para los medios de comunicación locales”, denuncia. Según ella, lo único que dejó la obra fueron problemas: el deterioro de la calle 59 y de otras vías alternas por el paso constante de maquinaria pesada, además de la pérdida de valor de los predios debido al cierre de la vía.
Un llamado a la administración municipal
“La única petición es que la administración municipal, en cabeza de la doctora Johanna Aranda y el secretario de infraestructura Marco Mateus, ayude a nuestra comunidad y priorice la recuperación de la malla vial. Son dos años sin soluciones. Solo pedimos lo justo como ciudadanos que pagamos impuestos: que pavimenten la calle 59, la misma que ellos destruyeron”, concluye Peñaloza.