¿Colombia está lista para un posible déficit de energía firme? Experto responde
Le contamos sobre este problema que enfrenta el sector energético y sus posibles soluciones.
Sector eléctrico, imagen de referencia (Getty Images). / Terry Vine
En primer lugar, es importante acotar que uno de los principales problemas ante un déficit de energía firme en Colombia es el riesgo de interrupciones en la producción industrial y comercial. Esto afectaría gravemente la economía del país.
Hay que resaltar que con una matriz energética altamente dependiente de la generación hidroeléctrica, con un 68%, la escasez de agua, agravada por fenómenos climáticos como ‘El Niño’, podría desencadenar un apagón similar al ocurrido en los años 90.
Para 2027, es muy probable que el país enfrente un déficit de 1.000 MW, y para 2028, se necesitarán entre 1.500 y 2.000 MW adicionales para evitar una crisis en el suministro eléctrico.
Además del riesgo de desabastecimiento, el sector energético colombiano enfrenta otros problemas estructurales. La reducción del margen de reserva energética, que se prevé disminuirá entre un 4% y un 6% a partir de 2025. Esto pone en peligro la estabilidad del sistema.
A esto se le pueden sumar desafíos financieros y regulatorios que han frenado la inversión en nueva infraestructura energética, retrasando la entrada en operación de proyectos importantes.
En esta coyuntura es claro que, se requieren soluciones sostenibles que involucren a empresas, Gobierno y consumidores. La eficiencia energética y la inversión en energías renovables son alternativas que hay que poner sobre la mesa para garantizar la seguridad energética y mitigar el impacto ambiental.
¿De qué manera se puede contrarrestar el problema que atraviesa el sector energético?
Las soluciones más viables para enfrentar el déficit de energía firme y los problemas identificados en el sector energético, incluyen la inversión en eficiencia energética y energías renovables, afirmó Santiago Uribe, experto en suministro eléctrico.
“Hay que desarrollar estrategias que, mediante diversas tecnologías, permitan identificar áreas de alto consumo energético con oportunidades de ahorro, evaluar la viabilidad de implementar energías renovables y recibir recomendaciones para optimizar el uso de recursos”, agregó Uribe.
Del mismo modo, el experto destacó que las empresas pueden reducir costos operativos mediante estrategias de gestión eficiente de la demanda, lo que no solo mejora sus márgenes, sino que también disminuye las emisiones de carbono y genera nuevas fuentes de ingresos.
La importancia de abordar el problema de inmediato y de frente
Una de las principales estrategias mencionadas por Uribe es la implementación de modelos de generación distribuida, que permitirían diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de la generación hidroeléctrica.
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Adicionalmente, para Uribe, hay que ponerle el ojo a la financiación de proyectos de eficiencia energética y energías renovables en distintos sectores, sin que las empresas asuman deudas directas o requieran inversión inicial.
Asimismo, el experto, que además es gerente de la empresa Azimut Energía, hizo énfasis en la necesidad de que empresas, gobierno y consumidores trabajen conjuntamente en soluciones sostenibles para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico.
Añadió que si no se toman medidas urgentes, el sistema podría colapsar para 2027 y 2028, lo que evidencia la discusión alrededor de la importancia de actuar de inmediato en la adopción de tecnologías energéticas más eficientes y sostenibles.
“El sector privado debe liderar la transición energética, no solo por la sostenibilidad del negocio, sino por la seguridad energética del país. La eficiencia y la generación distribuida serán claves para evitar un apagón futuro”, concluyó Uribe.
