“No me rescataron, perdí a mi compañero, pero sobreviví”: víctima de la avalancha en Nariño

La época de lluvias no da tregua en el país, esta vez fue el turno para el municipio de Pasto, en su corregimiento El Encano, donde una fuerte e imprevista avalancha los azotó. Según el cuerpo de bomberos, hasta el momento 4 personas se encuentran desaparecidas, más de 30 han sido rescatadas y no se conoce con exactitud el saldo de víctimas mortales.

Danilo Estiven Caicedo, el sobreviviente

Horas antes de la tragedia, Danilo Estiven Caicedo, junto con su compañero de trabajo, realizaban las entregas diarias de alimentos al Instituto Colombiano del Bienestar Familiar (ICBF) para los hogares comunitarios, en un furgón. Aunque Estiven tuvo la fortuna de reaccionar a tiempo ante la tempestad, su compañero no corrió con la misma suerte. Hoy, en entrevista para 6AM, él nos narra la odisea que tuvo que vivir:

“Íbamos por el Encano, por lo general, por allá siempre está lloviendo, pero ese día estaba haciendo un sol increíble. Terminamos de entregar a todos los hogares comunitarios. A las 2:30 estábamos charlando y de un momento a otro se oscureció el cielo, se puso negro”

Estiven manifestó, que los rayos empezaron a tronar cada vez más fuerte, “como si el cielo se fuera a caer. Le dije: Don Luchito, vamos rápido porque va a llover duro”.

Subieron al furgón y arrancaron sin vacilar, inocentes de lo que la carretera les deparaba. “Yo nunca había visto llover así, una forma tremenda”dijo Estiven. Avanzaron a toda velocidad, una recta se los permitía, la curva para ir al pueblo estaba cerca, cuando llegaron, de ella emergió un torrente de agua.

“Nos volcó y después nos arrastró sin piedad más o menos como unos 50 o 100 metros, no sabría exactamente, gracias a Dios no nos pasó nada. Cuando ya sentimos que el carro se detuvo, mi reacción fue patear el parabrisas, fue ahí por donde nos salimos”, aseguró.

También contó que al momento de bajarse, su compañero estaba muy afligido por ver su carro destruido, pero que, agradecía el hecho de que no les hubiera pasado nada. Fue en ese momento cuando Caicedo le sugirió pararse en lo alto del filo de la montaña, pues creía que la corriente se iba a intensificar y podría ser aún más peligroso.

“Ya íbamos a ir, pero me dijo que antes iba a ir por los papeles del carro, yo le insistí en que eran inútiles y no hacían falta, pero no me escuchó. Se demoró 2 o 3 minutos, volvió rápido” narró.

Una vez estaban caminando por el filo de la montaña, la segunda ola de la avalancha los azotó, “mi reacción fue tirarme y aferrarme a un tronco que había ahí. Cuando volví a mirar, ya se había llevado a mi compañero”, dijo con pesar.

“No me rescataron la verdad”

Caicedo contó que la avalancha duró por lo menos cinco minutos y hubo al menos cinco réplicas más. Cuando todo se calmó, declaró que, “No me rescataron, la verdad. Yo esperé más o menos una hora. Me quedé en ese borde parado, esperando hasta que salió gente de arriba para avisarme que ya no bajaba nada.”

Posteriormente, bajaron todos juntos hasta un punto donde ya no había barro. “En ese momento nos tranquilizamos.”Finalmente, la tragedia culminó el sábado a las 4:45 p. m., cuando encontraron el cuerpo de “Don Luchito” tirado en el pueblo.