Familiares y colectivos feministas piden justicia por feminicidio en María La Baja
La víctima había denunciado amenazas de su expareja pero, según familiares, las instituciones fallaron en garantizar su protección

María Carolina Julio fue asesinada por su expareja con un pico de botella el pasado 23 de enero
El brutal feminicidio de María Carolina Julio Blanco, de 33 años, dejó un profundo dolor en su familia y una estela de indignación en las comunidades de María La Baja, Bolívar, y el barrio Nelson Mandela, en Cartagena, donde residía. La mujer fue asesinada el pasado 23 de enero en el corregimiento Los Bellos, presuntamente a manos de su expareja, Lerson Zúñiga Chico.
Pese a las reiteradas denuncias por amenazas, las medidas de protección otorgadas se descuidaron con el tiempo, lo que, según los familiares y activistas, facilitó que el agresor cumpliera sus amenazas.
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En diálogo con Caracol Radio, Pedro Julio, padre de la víctima, lamentó la tragedia que golpea a su familia y denunció las falencias en la actuación de las autoridades. “Él no era su pareja actual. Tuvieron una relación que ella terminó hace más de un año. Desde entonces, él la amenazó con matarla a ella, a sus tres hijos y a nuestra familia. Yo denuncié estas amenazas hace siete meses, pero la protección policial solo duró unos días. Luego, la dejaron sola”, señaló.
Pedro también cuestionó la demora en la respuesta de las autoridades y el sistema de denuncias. “Cuando me di cuenta del peligro, acudí a la Fiscalía. Aunque inicialmente hubo presencia policial, todo quedó en el olvido. Estas fallas permitieron que este hombre, que incluso la amenazaba desde la cárcel, la atacara. Hoy pido justicia, no solo por mi hija, sino por todas las familias que sufren estas pérdidas. Esto no debe volver a ocurrir”, afirmó con contundencia.
El cuerpo de María Carolina fue hallado en el corregimiento Los Bellos, tras ser atacada con un pico de botella. “No puedo describir el vacío que nos deja su muerte. Este dolor no se lo deseo a nadie. Las instituciones deben garantizar la seguridad de las mujeres cuando denuncian amenazas”, concluyó Pedro Julio.
Por su parte, Ana Milena Villa, líder comunitaria del barrio Nelson Mandela y activista feminista, también se pronunció sobre el caso, asegurando que existen en el país múltiples fallas estructurales en la atención a mujeres en riesgo. “María Carolina había denunciado las amenazas. Se le otorgaron medidas de protección, pero estas solo funcionan temporalmente. Pasado un tiempo, la policía deja de visitar a las víctimas, y se subestima el peligro que enfrentan. En este caso, esas fallas costaron una vida”, dijo.
Villa señaló que la creación de una Secretaría de la Mujer en Cartagena es una necesidad urgente para prevenir feminicidios y establecer estrategias efectivas de seguimiento. “Desde 2018 hemos solicitado al gobierno local una entidad autónoma con recursos propios que se encargue de la prevención y protección de las mujeres. No queremos más intervenciones tardías; queremos prevención efectiva”, indicó.
Además, la activista sugirió la implementación de un sistema de registro para agresores, especialmente aquellos que han amenazado a sus víctimas desde prisión. “Es necesario notificar a las mujeres cuando su agresor queda en libertad. Este tipo de herramientas pueden marcar la diferencia y salvar vidas”, añadió.
La gobernación de Bolívar y la alcaldía de María La Baja ofrecieron una recompensa de 10 millones de pesos por información que permita capturar a Lerson Zúñiga Chico, principal sospechoso del feminicidio. Sin embargo, los familiares de María Carolina y los colectivos feministas coinciden en que esto no es suficiente. “Las medidas reactivas no solucionan el problema. Necesitamos acciones preventivas y un sistema que priorice la seguridad de las mujeres”, afirmó Villa.
El caso de María Carolina Julio se suma a la alarmante lista de feminicidios en Colombia, donde la violencia de género sigue siendo una problemática recurrente. Familias, activistas y comunidades exigen que este crimen no quede impune y que las autoridades tomen medidas concretas para evitar que más mujeres pierdan la vida a manos de sus agresores.