Sector azucarero cierra 2024 con cifras positivas, pero alerta sobre importaciones y seguridad

El sector azucarero colombiano, reconocido como un motor económico y social del país, cerró el año 2024 con resultados destacados. Según Claudia Calero, presidenta de Asocaña, esta industria representa el 1 % del PIB nacional y el 2,4 % del PIB agrícola, además de generar más de 286,000 empleos directos e indirectos en 50 municipios de cinco departamentos.

Durante una entrevista con Caracol Radio, Calero informó que la producción alcanzó 20 millones de toneladas de caña, lo que representa un aumento del 5 % en comparación con el mismo periodo de enero a noviembre de 2023. Asimismo, destacó que las exportaciones superaron las 517,000 toneladas de azúcar, llegando a más de 60 países y generando ingresos por $385 millones, siendo este el segundo mejor año de la última década en términos de exportaciones.

En cuanto a productos sostenibles, la agroindustria reportó un incremento del 26 % en la producción de bioetanol, utilizado para mezclar con gasolina y contribuir a la sostenibilidad energética del país. Además, la generación de energía limpia a partir del bagazo de caña permitió producir 1,813 gigavatios, un 5 % más de energía vendida al Sistema Interconectado Nacional que en el año anterior.

Sin embargo, no todo son buenas noticias. La presidenta de Asocaña alertó sobre dos grandes desafíos que amenazan el desarrollo del sector. El primero es el incremento de las importaciones, tanto de azúcar como de etanol, que afectan directamente la competitividad de la producción nacional y ponen en riesgo los empleos rurales. “Las importaciones de azúcar aumentaron un 35 %, lo que equivale al 17 % del consumo nacional, mientras que el 55 % del etanol consumido en el país es importado, a pesar de que el etanol local es más sostenible y ambientalmente responsable”, explicó Calero.

El segundo desafío crítico es la seguridad. Durante 2024, el sector enfrentó 375 incidentes de inseguridad, incluidos dos asesinatos de trabajadores, ocho secuestros y múltiples ataques contra empleados y comunidades rurales. Esta situación pone en riesgo no solo la estabilidad laboral, sino también el tejido social de las regiones donde opera el sector azucarero. “Hacemos un llamado urgente al fortalecimiento del Estado de derecho y a garantizar la seguridad en las zonas rurales, para proteger a nuestros trabajadores y comunidades”, enfatizó.

De cara a 2025, el sector azucarero espera que se implementen políticas públicas que limiten el impacto de las importaciones desleales y mejoren las condiciones de seguridad en las regiones productoras. Además, seguirá apostando por la sostenibilidad ambiental y social, buscando mantener su posición como un pilar clave del desarrollo económico del país.