María Fernanda Paz-Castillo: el poder de entender los libros como verdaderos seres vivos
Paz-Castillo ha trabajado por más de 7 años en la editorial Cataplum, una apuesta literaria infantil diferente e innovadora, que ha logrado conquistar el mundo por sus formas de contar las historias
La literatura es una carta abierta a la imaginación. Cada libro tiene la posibilidad de abrir puertas y de instalar sueños en las cabezas de quien los lee, pues entre líneas, se proponen mundos y realidades únicas que, muchas veces, no suelen ser pensadas.
Este poder que tiene la literatura se hace más intenso cuando se trata de la infancia y la juventud. Durante estas edades, los libros terminan siendo un portal abierto, sin leyes ni normas estrictas, a través del cual pueden conocer el mundo o, también, construir uno propio.
Por esta y otras tantas razones, la literatura infantil ha tenido un papel tan importante en la historia de la humanidad. De hecho, se trata de un género muy antiguo, aunque durante mucho tiempo, las tradiciones literarias infantiles se solían transmitir principalmente de forma oral.
En los años más recientes, el poder de la materialidad ha sido explotado y ampliamente usado para activar y utilizar de la mejor manera toda la creatividad de los más pequeños. Este ha sido el caso de la editorial colombiana Cataplum, creada y fundada por la editora María Fernanda Paz-Castillo, y la cual fue reconocida este año como la mejor editorial de Latinoamérica, Centroamérica y el Caribe con el premio BOP Bologna 2024.
“Nuestro catálogo está concebido como una criatura viva”
“Los buenos libros son como mansos animales, que se desperezan cuando los acariciamos el lomo y nos muestran su panza para invitarnos al juego, más no dudan en darnos un buen mordisco para hacernos salir de las garras de la cotidianidad”, así comienza un escrito que realizó Paz-Castillo cuando salió el primer libro de su editorial, en 2017.
Paz-Castillo comenzó estudiando ciencias políticas y letras en Venezuela, su país natal. Entró en el mundo laboral trabajando para una de las editoriales más destacadas de su país y más tarde se mudaría a Colombia para trabajar como promotora de lectura.
Después, tuvo la oportunidad de ir a Múnich, a realizar una beca que se había ganado. En ese viaje, tuvo la oportunidad de ir a una feria del libro y fue allí cuando se reafirmó en que su destino estaba en la edición de libros.
Volvió a Colombia, decidida a construir su camino como editora de libros infantiles en Colombia. Tuvo la oportunidad de trabajar en varias editoriales del país, hasta que, en 2017, fundó su propia editorial llamada Cataplum.
Como explicó con sus formas narrativas Paz-Castillo, “en Cataplum escarbamos como los topos en la memoria colectiva y exploramos en las raíces que nos conectan como latinoamericanos y recuperamos así la tradición oral, el juego y sus diversas e inagotables posibilidades. Como los cerdos buscadores de trufas, desarrollamos un fino olfato para conseguir textos de autores de ayer y de hoy. Como los conejos saltamos de aquí para allá, rastreando ilustradores con novedosas propuestas y, como las águilas, hacemos el esfuerzo de ver desde la distancia cómo pueden convivir texto e imagen armoniosamente”.
La apuesta diferente de Cataplum
Esta editorial se ha destacado en Colombia y en el mundo por sus mensajes, colores, dibujos y cientos de formas que aplican en sus libros para conectar con los niños y narrar de mejor manera sus historias.
Sin embargo, uno de sus más grandes diferenciadores en realidad es su apuesta literaria, pues buscan llevar textos y poesías, que no han sido llevados a los niños, pero que traen historias dignas de sus lecturas.
“Esta idea de pensar la editorial como un ser vivo, que nace crece y se reproduce, es una idea que me acompaña y que guía un poco mi trabajo como director editorial de Cataplum porque me recuerda la idea de ser vivo, las posibilidades de cambio y transformación de los lectores”, explicó en un video para la Fundación SM.