Temporada alta en El Dorado: ¿está listo el aeropuerto para enfrentar el invierno?
Infraestructura limitada y condiciones climáticas adversas ponen a prueba el principal hub aéreo del país
Con la llegada de la temporada de fin de año, el aeropuerto El Dorado de Bogotá enfrenta uno de los mayores desafíos operativos de los últimos años. Las condiciones climáticas adversas, propias de la temporada invernal, han combinado factores meteorológicos y operacionales para generar una crisis que afecta a miles de pasajeros y pone en entredicho la capacidad del aeropuerto más importante de Colombia para manejar el volumen de tráfico aéreo que exige esta época del año.
IATA: Un llamado a la acción inmediata
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) ha alzado la voz ante las dificultades que enfrenta El Dorado. Según el gremio, las demoras y cancelaciones han afectado a cientos de miles de pasajeros debido a problemas estructurales en la operación del aeropuerto y a la falta de implementación de tecnologías necesarias para hacer frente a condiciones meteorológicas adversas.
La IATA exige que las autoridades colombianas tomen medidas inmediatas para garantizar una operación más estable, destacando la necesidad urgente de implementar el sistema de aterrizaje instrumental (ILS) categoría III en ambas pistas, un radar de superficie funcional y un sistema de autorizaciones automatizadas. Estas herramientas permitirían operar con mayor eficiencia incluso en escenarios de baja visibilidad, una condición que afecta con frecuencia a El Dorado durante la temporada invernal.
Además, la asociación plantea que se extiendan los horarios de operación de otros aeropuertos clave del país para aliviar la congestión en Bogotá y facilitar la conectividad regional. “El transporte aéreo es un servicio esencial. Debemos disponer todos los recursos para que las condiciones de mal tiempo no afecten de manera desproporcionada a los pasajeros”, afirmó un representante de la IATA.
Controladores aéreos: el corazón de la operación en jaque
André Arenas, controlador aéreo de El Dorado, explica que las dificultades recientes han sido exacerbadas por una infraestructura insuficiente. “Con la niebla densa que es común en esta temporada, no podemos operar con normalidad. El sistema de ILS en la pista norte no está en funcionamiento, y el de la pista sur opera en su categoría más baja, lo que nos limita significativamente”, señala.
Arenas resalta que, aunque las aerolíneas han invertido en tecnología avanzada para sus flotas, es el aeropuerto el que no cuenta con las herramientas necesarias para atender estos aviones en condiciones extremas. “Podríamos operar con mayor fluidez si los sistemas estuvieran al 100%, pero así como están, los problemas seguirán ocurriendo en diciembre, cuando el invierno se intensifique”, advirtió.
La respuesta de la Aerocivil
Por su parte, la Aeronáutica Civil defiende que los sistemas de navegación instalados en El Dorado cumplen con los estándares internacionales de la OACI y la FAA, y que su tecnología es moderna. Sin embargo, reconoce que la complejidad de estos equipos puede generar fallos ocasionales que afectan los niveles de servicio.
En cuanto a la percepción de falta de personal, la entidad asegura que ha reforzado su equipo operativo con la contratación de 76 nuevos controladores aéreos en 2024, llevando el total a más de 990 profesionales activos en el país. Este esfuerzo, según la Aerocivil, busca garantizar que la capacidad operativa se mantenga y mejore, particularmente en épocas de alta demanda.
No obstante, sindicatos de trabajadores y controladores como Arenas sostienen que estos esfuerzos no son suficientes si no van acompañados de mejoras significativas en la infraestructura tecnológica.
Impacto nacional y regional
La crisis en El Dorado no solo afecta a Bogotá, sino que tiene un impacto en cadena en otros aeropuertos del país. Las demoras en vuelos provenientes o con destino a la capital alteran los horarios en terminales aéreas como Medellín, Cali, Cartagena y Barranquilla, generando un efecto dominó que perjudica la conectividad nacional.
La IATA también ha señalado fallas en otros aeropuertos, como problemas con las luces de aproximación en el Aeropuerto José María Córdova de Medellín y con los sistemas de navegación en terminales como Cartagena y Bucaramanga.
Con el inicio de la temporada alta de fin de año y un invierno que amenaza con intensificarse, las soluciones deben ser inmediatas. Las aerolíneas, la Aerocivil y los sindicatos coinciden en que la seguridad de los pasajeros debe ser la prioridad, pero las discrepancias sobre las causas y las posibles soluciones de la crisis siguen siendo un obstáculo.
Mientras tanto, los usuarios, quienes son los más afectados, enfrentan un panorama incierto con itinerarios impredecibles y largas esperas. El reto para las autoridades es claro: implementar medidas efectivas y coordinadas que aseguren que El Dorado, el aeropuerto más importante del país, pueda enfrentar con éxito la presión de la temporada.